juandiprm17
Tres son de carácter lingüístico (pilares de la textualidad): • Cohesión: hace referencia a la ESTRUCTURA SINTÁCTICA del texto. Es el principio clave que, de alguna forma, regula la disposición de los componentes de un texto. Las unidades lingüísticas están dispuestas de manera que se relacionan entre sí a través de una serie de mecanismos de concordancia. Dicho de otro modo, es el esfuerzo que aplicamos en el momento de seleccionar y combinar palabras para construir oraciones y párrafos. Toda palabra tiene que estar preparada para contribuir a la cohesión textual. Un texto es una sucesión de unidades lingüísticas ordenadas.
Coherencia: hace referencia a la ESTRUCTURA SEMÁNTICA del texto. Es la continuidad de sentido que deriva de la marcha que el texto produce en su desarrollo. Cuando se trata de significados o sentidos estamos en el campo de la coherencia. Esta regula que las distintas ideas del texto sean coherentes entre sí, que en su conjunto forme un sentido aceptable al receptor.
Dos son de carácter psicolingüístico:
Aceptabilidad: Se corresponde con la actitud del receptor, quien acepta el texto, considerándolo coherente y cohesivo. El receptor observa que es eficaz, efectivo y adecuado (se adapta a unas circunstancias determinadas). Por ejemplo, si este texto formara parte del temario de segundo de primaria, éste no sería adecuado ni, por lo tanto, aceptado. El receptor es un ente activo que participa en la comunicación hasta el punto de que si no acepta el discurso, éste no tiene ninguna validez. Constituye, en el mundo de la textualidad, un juez que sanciona lo que lee. Mientras sigamos teniendo la idea de que la creación del texto infiere solamente en el productor textual, seguiremos incurriendo en un gravísimo error. El emisor, por lo tanto, debe pensar continuamente a quién se dirige el texto para que sea válido.
Intencionalidad: junto con la aceptabilidad, conforma el grupo de principios textuales psicolingüísticos. Se corresponde con la actitud que adopta el creador del texto para abordar unos objetivos que se ha propuesto al elaborar una unidad cohesiva y coherente. Todo texto es resultado de una intención deliberada. Estos propósitos hacen, en gran medida, que el texto se acepte.
Dos son de carácter sociolingüístico:
Situacionalidad: este principio sociolingüístico nos explica que la información de un texto, además de ser coherente y aceptable, debe estar sujeta a variables de la realidad extralingüística. Los factores que forman esta situación van desde espacio, tiempo y canal, hasta el tipo de receptor y emisor. Por ejemplo, los textos de la edad media española no podrían ser aceptables en la época actual en China o viceversa. Lo que en España hoy es noticia, no tiene porqué serlo en Sudáfrica. Los temas no sólo están motivados por el tiempo y el espacio sino también por los receptores y los emisores. Dependiendo de cómo y quién sea el receptor, se escribirá sobre una cosa u otra, o de una manera u otra. El texto va haciéndose según piense el emisor que el receptor va a reaccionar.
Intertextualidad: este principio también sociolingüístico advierte de que todo texto depende y es resultado de otros textos anteriores. La textualidad depende en gran medida de lo establecido con anterioridad, lo cual no implica la pérdida de creatividad; son totalmente compatibles.
Disposición Gráfica: esta propiedad está directamente relacionada con la intertextualidad. Es la representación esquemática de la diagramación de los textos, formato, diseño, tipografía, etc. Uno es de carácter computacional: Informatividad: este principio tiene carácter computacional y tiene que ver con el grado de novedad, imprevisibilidad, que aporta el texto a los receptores. Todos los mensajes no son igual de informativos. Cuanto menos esperada es la información que aporta, más informativo será. Si de antemano sabemos que el mensaje que vamos a trasmitir ya se conoce, no lo emitiremos. La informatividad no atañe solo al contenido sino también a la forma. Además, hace que el texto sea más o menos valioso.
Coherencia: hace referencia a la ESTRUCTURA SEMÁNTICA del texto. Es la continuidad de sentido que deriva de la marcha que el texto produce en su desarrollo. Cuando se trata de significados o sentidos estamos en el campo de la coherencia. Esta regula que las distintas ideas del texto sean coherentes entre sí, que en su conjunto forme un sentido aceptable al receptor.
Dos son de carácter psicolingüístico:
Aceptabilidad: Se corresponde con la actitud del receptor, quien acepta el texto, considerándolo coherente y cohesivo. El receptor observa que es eficaz, efectivo y adecuado (se adapta a unas circunstancias determinadas). Por ejemplo, si este texto formara parte del temario de segundo de primaria, éste no sería adecuado ni, por lo tanto, aceptado. El receptor es un ente activo que participa en la comunicación hasta el punto de que si no acepta el discurso, éste no tiene ninguna validez. Constituye, en el mundo de la textualidad, un juez que sanciona lo que lee. Mientras sigamos teniendo la idea de que la creación del texto infiere solamente en el productor textual, seguiremos incurriendo en un gravísimo error. El emisor, por lo tanto, debe pensar continuamente a quién se dirige el texto para que sea válido.
Intencionalidad: junto con la aceptabilidad, conforma el grupo de principios textuales psicolingüísticos. Se corresponde con la actitud que adopta el creador del texto para abordar unos objetivos que se ha propuesto al elaborar una unidad cohesiva y coherente. Todo texto es resultado de una intención deliberada. Estos propósitos hacen, en gran medida, que el texto se acepte.
Dos son de carácter sociolingüístico:
Situacionalidad: este principio sociolingüístico nos explica que la información de un texto, además de ser coherente y aceptable, debe estar sujeta a variables de la realidad extralingüística. Los factores que forman esta situación van desde espacio, tiempo y canal, hasta el tipo de receptor y emisor. Por ejemplo, los textos de la edad media española no podrían ser aceptables en la época actual en China o viceversa. Lo que en España hoy es noticia, no tiene porqué serlo en Sudáfrica. Los temas no sólo están motivados por el tiempo y el espacio sino también por los receptores y los emisores. Dependiendo de cómo y quién sea el receptor, se escribirá sobre una cosa u otra, o de una manera u otra. El texto va haciéndose según piense el emisor que el receptor va a reaccionar.
Intertextualidad: este principio también sociolingüístico advierte de que todo texto depende y es resultado de otros textos anteriores. La textualidad depende en gran medida de lo establecido con anterioridad, lo cual no implica la pérdida de creatividad; son totalmente compatibles.
Disposición Gráfica: esta propiedad está directamente relacionada con la intertextualidad. Es la representación esquemática de la diagramación de los textos, formato, diseño, tipografía, etc.
Uno es de carácter computacional:
Informatividad: este principio tiene carácter computacional y tiene que ver con el grado de novedad, imprevisibilidad, que aporta el texto a los receptores. Todos los mensajes no son igual de informativos. Cuanto menos esperada es la información que aporta, más informativo será. Si de antemano sabemos que el mensaje que vamos a trasmitir ya se conoce, no lo emitiremos. La informatividad no atañe solo al contenido sino también a la forma. Además, hace que el texto sea más o menos valioso.