Una placa tectónica o placa litosférica es un fragmento de litosfera que se mueve como un bloque relativamente rígido sobre la astenosfera (manto superior) de la Tierra. La palabra tectónica deriva del griego antiguo τέκτων, τέκτωνος: nominativo y genitivo de singular de constructor, carpintero, y del sufijo ικα: relativo a.1
La tectónica de placas es la teoría que explica la estructura y dinámica de la superficie terrestre. Establece que la litosfera (la zona dinámica superior más externa y rígida de la Tierra) está fragmentada en una serie de placas que se desplazan sobre la astenosfera.[cita requerida] Esta teoría también describe el movimiento de las placas, sus direcciones e interacciones. La litosfera terrestre está dividida en grandes placas y en otras menores o microplacas. En los bordes de las placas se concentra actividad sísmica, volcánica y tectónica. Esto da lugar a la formación de grandes cadenas y cuencas.
La Tierra es el único planeta del sistema solar con placas tectónicas activas, aunque hay evidencias de que en tiempos remotos Marte, Venus y alguno de los satélites galileanos, como Europa, fueron tectónicamente activos.
Una placa tectónica o placa litosférica es un fragmento de litosfera que se mueve como un bloque relativamente rígido sobre la astenosfera (manto superior) de la Tierra. La palabra tectónica deriva del griego antiguo τέκτων, τέκτωνος: nominativo y genitivo de singular de constructor, carpintero, y del sufijo ικα: relativo a.1
La tectónica de placas es la teoría que explica la estructura y dinámica de la superficie terrestre. Establece que la litosfera (la zona dinámica superior más externa y rígida de la Tierra) está fragmentada en una serie de placas que se desplazan sobre la astenosfera.[cita requerida] Esta teoría también describe el movimiento de las placas, sus direcciones e interacciones. La litosfera terrestre está dividida en grandes placas y en otras menores o microplacas. En los bordes de las placas se concentra actividad sísmica, volcánica y tectónica. Esto da lugar a la formación de grandes cadenas y cuencas.
La Tierra es el único planeta del sistema solar con placas tectónicas activas, aunque hay evidencias de que en tiempos remotos Marte, Venus y alguno de los satélites galileanos, como Europa, fueron tectónicamente activos.