Es nuestro interés en el presente trabajo abordar el tema de la demanda social y su formulación en un requerimiento social.
Nuestro punto de partida es la distinción efectuada por René Lourau en su libro «El Análisis Institucional»[1], entre demanda social y requerimiento social.
Este autor define la demanda social como «la carencia o desproporción existente entre el estado de las relaciones sociales en un momento dado y el estado de la producción; constituye el signo de que las relaciones sociales -materia prima siempre ya ahí- deben ser transformadas perpetuamente».
Distinguiéndola del requerimiento social: « en cuanto este es la segunda faz de la demanda; significa que la demanda que emana de las relaciones sociales determina de una sola vez no solo la producción del objeto, sino también la manera en que será consumido»[2].
También agrega Lourau (en cita a pié de página 194) que, en «términos marxistas, se podría definir la demanda social como la distancia que existe en todo momento entre el estado de las fuerzas productivas y las instituciones del modo de producción. O de manera más descriptiva, como el proceso de socialización ligado al proceso de producción».
A nuestro entender, se destaca de este modo que la demanda social presiona en dirección al cambio de las relaciones sociales instituidas.
Pero, ¿cuál es el sentido del cambio? ¿Quién es el que define la dirección? En el planteo marxista original el desarrollo de las fuerzas productivas genera una dirección objetiva, que tarde o temprano hará estallar las barreras instituídas por el modo de producción porque la realidad misma empieza a estar precedida por otras leyes.
Nuestra interés se dirige a la producción sociológica que ahonda en esta brecha abierta por la «carencia o la desproporción» entre las relaciones sociales del modo de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas.Nos proponemos describir las perspectivas sociológicas desde las que se ha otorgado significación a las «necesidades sociales» que es el referente con el que la teoría sociológica ha conceptualizado la carencia frente al modo de producción instituído y que constituyen el marco referencial actual en la construcción de discursos alternativos .
En efecto, la interpretación sobre la «carencia» , esto es las necesidades sociales, y el punto de vista desde el que se las define determina la segunda faz de la demanda que llamamos siguiendo a este autor:el requerimiento,esto es, la producción del objeto y el modo de consumirlo. Lo que «debe demandarse», es construido desde perspectivas que interpretan las necesidades sociales y su función en la conservación o cambio del orden instituido.
Nuestro tema queda delimitado por esta brecha abierta por la carencia o desproporción entre las relaciones sociales y la producción: ¿Cómo se interpretan las necesidades sociales?.
Esto nos conduce a otro problema ¿Cómo queda implicado el sociólogo y en general los que hacen de lo social su objeto de estudio y trabajo? Nuestro interés se dirige al modo en que cada perspectiva define la participación del científico y el trabajador social en la construcción del requerimiento social.
En efecto, tanto en el discurso erudito como en el discurso de sentido común es posible encontrar en determinado momento la huella de los supuestos teóricos que han terminado por imponerse como el modo «correcto» de referirse, de evaluar, de decir y de actuar en el que los trabajadores e investigadores de lo social han tenido un papel no menor al difundirlo o luchado incluso, por imponerlo. Hubo momentos en que «había que producir un cambio de estructuras» como requerimiento imperioso de la hora, donde lo estructural o la palabra estructura era la clave del orden y del cambio; o no hace mucho, apenas dos décadas, la sociología, el sociólogo y cualquier hombre de bien debía «comprometerse» con sentido histórico por el futuro de la sociedad y el «hombre nuevo» y toda la culpa la tenía «el sistema». Hoy ,en el momento en que la idea de que lo social se construye ha empezado a ser un lugar común , se muestra como importante transitar los rastros de esta huella en el tema que nos ocupa, el de la interpretación de las necesidades y el significado que se les atribuye en el mantenimiento y transformación del orden instituido, ya que los referentes que utilizamos en la semantización de la demanda social determinan un modo de percibir, de decir y de implicar al analista y al trabajador social.
Explicación: si no quieres copiar todo has un resumen xd
Respuesta:
Es nuestro interés en el presente trabajo abordar el tema de la demanda social y su formulación en un requerimiento social.
Nuestro punto de partida es la distinción efectuada por René Lourau en su libro «El Análisis Institucional»[1], entre demanda social y requerimiento social.
Este autor define la demanda social como «la carencia o desproporción existente entre el estado de las relaciones sociales en un momento dado y el estado de la producción; constituye el signo de que las relaciones sociales -materia prima siempre ya ahí- deben ser transformadas perpetuamente».
Distinguiéndola del requerimiento social: « en cuanto este es la segunda faz de la demanda; significa que la demanda que emana de las relaciones sociales determina de una sola vez no solo la producción del objeto, sino también la manera en que será consumido»[2].
También agrega Lourau (en cita a pié de página 194) que, en «términos marxistas, se podría definir la demanda social como la distancia que existe en todo momento entre el estado de las fuerzas productivas y las instituciones del modo de producción. O de manera más descriptiva, como el proceso de socialización ligado al proceso de producción».
A nuestro entender, se destaca de este modo que la demanda social presiona en dirección al cambio de las relaciones sociales instituidas.
Pero, ¿cuál es el sentido del cambio? ¿Quién es el que define la dirección? En el planteo marxista original el desarrollo de las fuerzas productivas genera una dirección objetiva, que tarde o temprano hará estallar las barreras instituídas por el modo de producción porque la realidad misma empieza a estar precedida por otras leyes.
Nuestra interés se dirige a la producción sociológica que ahonda en esta brecha abierta por la «carencia o la desproporción» entre las relaciones sociales del modo de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas.Nos proponemos describir las perspectivas sociológicas desde las que se ha otorgado significación a las «necesidades sociales» que es el referente con el que la teoría sociológica ha conceptualizado la carencia frente al modo de producción instituído y que constituyen el marco referencial actual en la construcción de discursos alternativos .
En efecto, la interpretación sobre la «carencia» , esto es las necesidades sociales, y el punto de vista desde el que se las define determina la segunda faz de la demanda que llamamos siguiendo a este autor:el requerimiento,esto es, la producción del objeto y el modo de consumirlo. Lo que «debe demandarse», es construido desde perspectivas que interpretan las necesidades sociales y su función en la conservación o cambio del orden instituido.
Nuestro tema queda delimitado por esta brecha abierta por la carencia o desproporción entre las relaciones sociales y la producción: ¿Cómo se interpretan las necesidades sociales?.
Esto nos conduce a otro problema ¿Cómo queda implicado el sociólogo y en general los que hacen de lo social su objeto de estudio y trabajo? Nuestro interés se dirige al modo en que cada perspectiva define la participación del científico y el trabajador social en la construcción del requerimiento social.
En efecto, tanto en el discurso erudito como en el discurso de sentido común es posible encontrar en determinado momento la huella de los supuestos teóricos que han terminado por imponerse como el modo «correcto» de referirse, de evaluar, de decir y de actuar en el que los trabajadores e investigadores de lo social han tenido un papel no menor al difundirlo o luchado incluso, por imponerlo. Hubo momentos en que «había que producir un cambio de estructuras» como requerimiento imperioso de la hora, donde lo estructural o la palabra estructura era la clave del orden y del cambio; o no hace mucho, apenas dos décadas, la sociología, el sociólogo y cualquier hombre de bien debía «comprometerse» con sentido histórico por el futuro de la sociedad y el «hombre nuevo» y toda la culpa la tenía «el sistema». Hoy ,en el momento en que la idea de que lo social se construye ha empezado a ser un lugar común , se muestra como importante transitar los rastros de esta huella en el tema que nos ocupa, el de la interpretación de las necesidades y el significado que se les atribuye en el mantenimiento y transformación del orden instituido, ya que los referentes que utilizamos en la semantización de la demanda social determinan un modo de percibir, de decir y de implicar al analista y al trabajador social.
Explicación: si no quieres copiar todo has un resumen xd