La historia de la ciencia en la Argentina describe la suerte de los investigadores e instituciones científicas de ese país, expuestos muchas veces a las inclemencias de su economía y de su política, pero capaces, pese a todo, de producir obras perdurables y útiles al saber y a la tecnología. Las épocas de los gobiernos deBernardino Rivadavia y de Domingo Faustino Sarmiento, o la de la Generación de 1880, o los años de 1956 a1966 fueron los momentos de su mayor esplendor. Muchos científicos que contribuyeron a la ciencia en laArgentina alcanzaron renombre internacional, entre ellos tres Premios Nobel, y a su vez varios investigadores extranjeros de fama mundial se radicaron en el país a lo largo de su historia. Todos ellos fueron capaces de impulsar la creación en el país de instituciones conocidas mundialmente por sus logros.
Los gobiernos sin amplitud de ideas y las crisis económicas fueron los principales conspiradores para que científicos bien formados en la Argentina se vieran obligados a emigrar a países con un horizonte más promisorio y mayor libertad de expresión.
La historia de la ciencia en la Argentina describe la suerte de los investigadores e instituciones científicas de ese país, expuestos muchas veces a las inclemencias de su economía y de su política, pero capaces, pese a todo, de producir obras perdurables y útiles al saber y a la tecnología. Las épocas de los gobiernos deBernardino Rivadavia y de Domingo Faustino Sarmiento, o la de la Generación de 1880, o los años de 1956 a1966 fueron los momentos de su mayor esplendor. Muchos científicos que contribuyeron a la ciencia en laArgentina alcanzaron renombre internacional, entre ellos tres Premios Nobel, y a su vez varios investigadores extranjeros de fama mundial se radicaron en el país a lo largo de su historia. Todos ellos fueron capaces de impulsar la creación en el país de instituciones conocidas mundialmente por sus logros.
Los gobiernos sin amplitud de ideas y las crisis económicas fueron los principales conspiradores para que científicos bien formados en la Argentina se vieran obligados a emigrar a países con un horizonte más promisorio y mayor libertad de expresión.