Quemaduras extensas: hay mayor riesgo de infección porque la piel dañada es incapaz de impedir la invasión de microorganismos perjudiciales.
Procedimientos médicos e intervenciones quirúrgicas: al realizar algunas técnicas es necesario introducir material extraño en el organismo, con lo que aumenta el riesgo de infección. Este material incluye catéteres introducidos en el interior de las vías urinarias o de un vaso sanguíneo, tubos insertados en la tráquea, y suturas localizadas debajo de la piel.
Fármacos que deprimen el sistema inmunitario: entre estos fármacos se encuentran los antineoplásicos (fármacos utilizados en la quimioterapia contra el cáncer), inmunodepresores (por ejemplo, azatioprina, metotrexato o ciclosporina, que se utilizan para evitar el rechazo de un órgano después de un trasplante), corticoesteroides (por ejemplo, prednisona) y agentes biológicos (como adalimumab y otros utilizados para enfermedades como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunitarias).
Radioterapia: este tipo de tratamiento inhibe el sistema inmunitario, en particular cuando se radia la médula ósea.
Sida: la capacidad para combatir ciertas infecciones disminuye drásticamente en las personas con sida, sobre todo en la fase avanzada de la enfermedad. Estas personas están más expuestas a contraer infecciones oportunistas (infecciones causadas por microorganismos que, por lo general, no causan infecciones en las personas con un sistema inmunitario sano). Además, muchas infecciones comunes les ocasionan cuadros graves.
(Véase también Introducción a las enfermedades infecciosas.)
Edad y salud: infecciones
Edad y salud: infecciones
Las infecciones son más probables y suelen ser más graves en los ancianos que en los jóvenes por varias razones:
El envejecimiento reduce la efectividad del sistema inmunitario (ver Efectos del envejecimiento en el sistema inmunitario).
Muchos trastornos de larga duración (crónicos) que son frecuentes entre las personas mayores, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer y la diabetes mellitus, también aumentan el riesgo de infección.
Las personas de edad avanzada tienen más probabilidad de ingresar en un hospital o en un centro de cuidados, donde el riesgo de contraer una infección grave es mayor. En los hospitales, el uso generalizado de antibióticos favorece el crecimiento de los microorganismos resistentes a estos, de modo que las infecciones por estos gérmenes suelen ser más difíciles de tratar que las adquiridas en el domicilio o en la comunidad
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Quemaduras extensas: hay mayor riesgo de infección porque la piel dañada es incapaz de impedir la invasión de microorganismos perjudiciales.
Procedimientos médicos e intervenciones quirúrgicas: al realizar algunas técnicas es necesario introducir material extraño en el organismo, con lo que aumenta el riesgo de infección. Este material incluye catéteres introducidos en el interior de las vías urinarias o de un vaso sanguíneo, tubos insertados en la tráquea, y suturas localizadas debajo de la piel.
Fármacos que deprimen el sistema inmunitario: entre estos fármacos se encuentran los antineoplásicos (fármacos utilizados en la quimioterapia contra el cáncer), inmunodepresores (por ejemplo, azatioprina, metotrexato o ciclosporina, que se utilizan para evitar el rechazo de un órgano después de un trasplante), corticoesteroides (por ejemplo, prednisona) y agentes biológicos (como adalimumab y otros utilizados para enfermedades como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la artritis reumatoide y otras enfermedades autoinmunitarias).
Radioterapia: este tipo de tratamiento inhibe el sistema inmunitario, en particular cuando se radia la médula ósea.
Sida: la capacidad para combatir ciertas infecciones disminuye drásticamente en las personas con sida, sobre todo en la fase avanzada de la enfermedad. Estas personas están más expuestas a contraer infecciones oportunistas (infecciones causadas por microorganismos que, por lo general, no causan infecciones en las personas con un sistema inmunitario sano). Además, muchas infecciones comunes les ocasionan cuadros graves.
(Véase también Introducción a las enfermedades infecciosas.)
Edad y salud: infecciones
Edad y salud: infecciones
Las infecciones son más probables y suelen ser más graves en los ancianos que en los jóvenes por varias razones:
El envejecimiento reduce la efectividad del sistema inmunitario (ver Efectos del envejecimiento en el sistema inmunitario).
Muchos trastornos de larga duración (crónicos) que son frecuentes entre las personas mayores, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer y la diabetes mellitus, también aumentan el riesgo de infección.
Las personas de edad avanzada tienen más probabilidad de ingresar en un hospital o en un centro de cuidados, donde el riesgo de contraer una infección grave es mayor. En los hospitales, el uso generalizado de antibióticos favorece el crecimiento de los microorganismos resistentes a estos, de modo que las infecciones por estos gérmenes suelen ser más difíciles de tratar que las adquiridas en el domicilio o en la comunidad