Cochabamba, desde su fundación y por su ubicación geográfica, ha acogido diversas culturas que dieron como resultado ciudadanos con maneras diversas de expresarse y de ser, explicó el antropólogo José Antonio Rocha.
A partir de su historia, la región dio a Bolivia una herencia en cultura, arte y gastronomía, según artistas que han transcendido las fronteras.
Para Rocha, Cochabamba ha sembrado en Bolivia una cultura única y típica, producto de una simbiosis de diferentes orígenes étnicos. Añadió que, durante el impero incaico y a lo largo de la fundación de la República, Cochabamba se convirtió en el centro de afluencia de distintas culturas, el punto de encuentro entre muchas sociedades que han sabido confluir y dejar resabios en cada provincia del departamento.
“Tuvimos influencia tiahuanacota, luego, en el siglo XV, llega la población de la sierra peruana, la sociedad inca y quechua”, dijo. Precisó que los mismos nombres de las provincias del departamento son el resultado de la mezcla de culturas y étnias que llegaron hasta el valle de Bolivia, como Tiquipaya, que significa tierra de flores en quechua.
“Por eso el kochalo es diferente, por toda la simbiosis cultural. No somos una sociedad cerrada, es una sociedad que ha sabido equilibrar los íconos culturales, no agarramos así nomás lo que viene de afuera”, manifestó.
La mezcla cultural y la diferenciación cochabambina se aprecian en la gastronomía. José Antonio dijo que sólo hablando del plato tradicional de Punata —el cusqueño— se advierte la combinación de la cultura foránea.
Cochabamba, desde su fundación y por su ubicación geográfica, ha acogido diversas culturas que dieron como resultado ciudadanos con maneras diversas de expresarse y de ser, explicó el antropólogo José Antonio Rocha.
A partir de su historia, la región dio a Bolivia una herencia en cultura, arte y gastronomía, según artistas que han transcendido las fronteras.
Para Rocha, Cochabamba ha sembrado en Bolivia una cultura única y típica, producto de una simbiosis de diferentes orígenes étnicos. Añadió que, durante el impero incaico y a lo largo de la fundación de la República, Cochabamba se convirtió en el centro de afluencia de distintas culturas, el punto de encuentro entre muchas sociedades que han sabido confluir y dejar resabios en cada provincia del departamento.
“Tuvimos influencia tiahuanacota, luego, en el siglo XV, llega la población de la sierra peruana, la sociedad inca y quechua”, dijo. Precisó que los mismos nombres de las provincias del departamento son el resultado de la mezcla de culturas y étnias que llegaron hasta el valle de Bolivia, como Tiquipaya, que significa tierra de flores en quechua.
“Por eso el kochalo es diferente, por toda la simbiosis cultural. No somos una sociedad cerrada, es una sociedad que ha sabido equilibrar los íconos culturales, no agarramos así nomás lo que viene de afuera”, manifestó.
La mezcla cultural y la diferenciación cochabambina se aprecian en la gastronomía. José Antonio dijo que sólo hablando del plato tradicional de Punata —el cusqueño— se advierte la combinación de la cultura foránea.