Durante gran parte de su historia su capital fue la ciudad de Roma. A partir del reinado de Constantino, y luego cuando el imperio fue dividido, la capital de la parte oriental fue la ciudad de Bizancio (Constantinopla).
Su idioma oficial era el latín. Hacia finales del período, en el Imperio romano de Oriente, el idioma oficial pasó a ser el griego.
Hasta la adopción del cristianismo como religión oficial, la religión de Estado romana era politeísta, es decir, incluía muchos dioses. Los emperadores también eran divinizados.
Para el año 117 d. C., cuando el imperio llegó a su máxima extensión, ocupaba más de 7 millones de kilómetros cuadrados de territorio.
Explicación:
La extensión del Imperio romano varió a medida que se incorporaban o se perdían territorios por conquistas. En el momento de mayor expansión, llegó a abarcar más de 7 millones de kilómetros cuadrados. Incluía todos los territorios alrededor del mar Mediterráneo, gran parte de Europa, hacia el norte, y parte de Asia menor, desde el Mar Negro hasta el río Tigris en la Mesopotamia asiática.
Etapas del Imperio romano
Se puede dividir la historia del Imperio romano en dos etapas: el Alto Imperio y el Bajo Imperio.
Alto Imperio
Es la etapa que va desde el inicio del imperio en el año 27 a. C. con la coronación de Augusto con el título de emperador hasta la muerte del último emperador de la dinastía de los Severos, en el siglo III.
Durante período, gobernaron 4 dinastías:
Dinastía de Julio-Claudia, sucesores de Augusto, 14 a 68 d. C. (emperadores Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón).
Dinastía Flavia, 69 a 96 d. C. (emperadores Vespasiano, Tito y Domiciano).
Dinastía Antonina, 96 a 192 d. C. (emperadores Nerva, Adriano, Antonio Pio y Marco Aurelio).
Dinastía Severa, 192 a 235 d. C. (emperadores Septimio Severo, Geta, Caracalla, Heliogábalo y Alejandro Severo).
El Alto Imperio culminó con un periodo de luchas internas, crisis económicas y creciente presión de los pueblos bárbaros sobre las fronteras del imperio.
Bajo Imperio
El Bajo Imperio comenzó con la llegada de Diocleciano al poder, en el año 284 d. C., y finalizó con la caída del imperio, en el año 476 d. C.
Diocleciano instauró una tetrarquía, es decir, un gobierno de cuatro hombres. Estaba integrado por dos coemperadores (Augustos), uno para Oriente y uno para Occidente. A su vez, cada uno contaba con un emperador asistente (César).
Luego de una reunificación del imperio bajo el gobierno de Constantino, en el año 380 el emperador Teodosio dividió el territorio entre sus dos hijos y así quedó constituida definitivamente una nueva organización territorial y política: el Imperio Romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente.
Respuesta:
Durante gran parte de su historia su capital fue la ciudad de Roma. A partir del reinado de Constantino, y luego cuando el imperio fue dividido, la capital de la parte oriental fue la ciudad de Bizancio (Constantinopla).
Su idioma oficial era el latín. Hacia finales del período, en el Imperio romano de Oriente, el idioma oficial pasó a ser el griego.
Hasta la adopción del cristianismo como religión oficial, la religión de Estado romana era politeísta, es decir, incluía muchos dioses. Los emperadores también eran divinizados.
Para el año 117 d. C., cuando el imperio llegó a su máxima extensión, ocupaba más de 7 millones de kilómetros cuadrados de territorio.
Explicación:
La extensión del Imperio romano varió a medida que se incorporaban o se perdían territorios por conquistas. En el momento de mayor expansión, llegó a abarcar más de 7 millones de kilómetros cuadrados. Incluía todos los territorios alrededor del mar Mediterráneo, gran parte de Europa, hacia el norte, y parte de Asia menor, desde el Mar Negro hasta el río Tigris en la Mesopotamia asiática.
Etapas del Imperio romano
Se puede dividir la historia del Imperio romano en dos etapas: el Alto Imperio y el Bajo Imperio.
Alto Imperio
Es la etapa que va desde el inicio del imperio en el año 27 a. C. con la coronación de Augusto con el título de emperador hasta la muerte del último emperador de la dinastía de los Severos, en el siglo III.
Durante período, gobernaron 4 dinastías:
Dinastía de Julio-Claudia, sucesores de Augusto, 14 a 68 d. C. (emperadores Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón).
Dinastía Flavia, 69 a 96 d. C. (emperadores Vespasiano, Tito y Domiciano).
Dinastía Antonina, 96 a 192 d. C. (emperadores Nerva, Adriano, Antonio Pio y Marco Aurelio).
Dinastía Severa, 192 a 235 d. C. (emperadores Septimio Severo, Geta, Caracalla, Heliogábalo y Alejandro Severo).
El Alto Imperio culminó con un periodo de luchas internas, crisis económicas y creciente presión de los pueblos bárbaros sobre las fronteras del imperio.
Bajo Imperio
El Bajo Imperio comenzó con la llegada de Diocleciano al poder, en el año 284 d. C., y finalizó con la caída del imperio, en el año 476 d. C.
Diocleciano instauró una tetrarquía, es decir, un gobierno de cuatro hombres. Estaba integrado por dos coemperadores (Augustos), uno para Oriente y uno para Occidente. A su vez, cada uno contaba con un emperador asistente (César).
Luego de una reunificación del imperio bajo el gobierno de Constantino, en el año 380 el emperador Teodosio dividió el territorio entre sus dos hijos y así quedó constituida definitivamente una nueva organización territorial y política: el Imperio Romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente.