Para los expedicionarios aventureros españoles al encontrar la diversidad y la riqueza del paisaje americano de extensas llanuras de tierras fértiles y con la gran cantidad de pastos naturales que la caracteriza, aptas para la explotación ganadera, debieron quedar en extremo sorprendidos por sus potencialidades, hecho que les llevó a sentar de inmediato poblados, movilizar su ganado y asumir la producción pecuaria como modus vivendi, creando así feudos y grandes haciendas pecuarias. No obstante, siendo ellos
“...inteligentes, comprensivos y emprendedores (...) entendieron que en las tierras conquistadas [también] había que echar las bases de alguna fundación agrícola para cultivar la tierra y recoger sus frutos.1
Para los expedicionarios aventureros españoles al encontrar la diversidad y la riqueza del paisaje americano de extensas llanuras de tierras fértiles y con la gran cantidad de pastos naturales que la caracteriza, aptas para la explotación ganadera, debieron quedar en extremo sorprendidos por sus potencialidades, hecho que les llevó a sentar de inmediato poblados, movilizar su ganado y asumir la producción pecuaria como modus vivendi, creando así feudos y grandes haciendas pecuarias. No obstante, siendo ellos
“...inteligentes, comprensivos y emprendedores (...) entendieron que en las tierras conquistadas [también] había que echar las bases de alguna fundación agrícola para cultivar la tierra y recoger sus frutos.1