Haciendo un salto en el tiempo hasta el 8 de agosto de 1914, nos reportamos al nacimiento de nuestro fundador, sus padres fueron Luis y Clara Fusco, sus hermanos Pedro, Angel y Maria, en Visciano, provincia de Nápoles.
Una sensibilidad precoz caracteriza su infancia mientras en él crecía el deseo de entrar en el Seminario de Nola.
En su ánimo adolescente se empezaron a advertirse los primeros impulsos misioneros que lo llevaron a ingresar en el Pontificio Instituto Misiones al Exterior (PIME) de Milán.
Pero el sueño de Padre Arturo de convertirse en misionero desvaneció: el médico del PIME sentenció que el joven seminarista, por motivos de salud, no podía ir en tierras de misión.
No faltaron en esas circunstancias brazos paternos dispuestos a acogerlo.
Con ánimo abierto el joven seminarista se sintió confortado y acogido por Monseñor Egisto Melchiori obispo de Tortona, que antes había sido obispo de Nola y conocía ya el joven seminarista.
Su permanencia en Tortona, sirvió para confirmar su orientamento espiritual, gracias a varios contactos con algunos santos apóstoles del momento.
Tubo la oportunidad de conocer personalmente San Luis Orione; Varias veces visitó los lugares de San Juan Bosco, del cual brotó su intenso amor por la juventud. San Juan Calabria fue su director espiritual y también fueel primero a impulsarlo en la realización de su sueño apostólico es decir: «ayudar a los jóvenes y niños necesitados del sur de Italia, donde las necesidades eran más urgentes.
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Haciendo un salto en el tiempo hasta el 8 de agosto de 1914, nos reportamos al nacimiento de nuestro fundador, sus padres fueron Luis y Clara Fusco, sus hermanos Pedro, Angel y Maria, en Visciano, provincia de Nápoles.
Una sensibilidad precoz caracteriza su infancia mientras en él crecía el deseo de entrar en el Seminario de Nola.
En su ánimo adolescente se empezaron a advertirse los primeros impulsos misioneros que lo llevaron a ingresar en el Pontificio Instituto Misiones al Exterior (PIME) de Milán.
Pero el sueño de Padre Arturo de convertirse en misionero desvaneció: el médico del PIME sentenció que el joven seminarista, por motivos de salud, no podía ir en tierras de misión.
No faltaron en esas circunstancias brazos paternos dispuestos a acogerlo.
Con ánimo abierto el joven seminarista se sintió confortado y acogido por Monseñor Egisto Melchiori obispo de Tortona, que antes había sido obispo de Nola y conocía ya el joven seminarista.
Su permanencia en Tortona, sirvió para confirmar su orientamento espiritual, gracias a varios contactos con algunos santos apóstoles del momento.
Tubo la oportunidad de conocer personalmente San Luis Orione; Varias veces visitó los lugares de San Juan Bosco, del cual brotó su intenso amor por la juventud. San Juan Calabria fue su director espiritual y también fueel primero a impulsarlo en la realización de su sueño apostólico es decir: «ayudar a los jóvenes y niños necesitados del sur de Italia, donde las necesidades eran más urgentes.
Explicación:
espero que te pueda servir!!