Sobre la de Sócrates, Jenofonte argumenta que su maestro fue capaz de vencerse a sí mismo y sólo así pudo enseñarles esto a los demás, al inculcarles el deseo de ejercitarse para controlarse a sí mismos ante la comida y la bebida, la lujuria y el sueño, el frío, el calor y el cansancio.
Aristófanes pretendió concitar contra Sócrates los odios de la gente conservadora, contraria a las novedades que el filósofo representaba: la física de los jonios, la lógica y la gramática de Protágoras, a los sofistas, “ya entonces obligado arsenal de todo abogado”.
Platón nos dejó en sus diálogos un conmovedor y elocuente retrato de Sócrates, cuya filosofía es una invitación a vivir bien, es decir, con sabiduría y justicia. ... Aunque estaba en juego su vida, Sócrates no halagó ni suplicó al tribunal que lo juzgó, como solía ser costumbre.
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Sobre la de Sócrates, Jenofonte argumenta que su maestro fue capaz de vencerse a sí mismo y sólo así pudo enseñarles esto a los demás, al inculcarles el deseo de ejercitarse para controlarse a sí mismos ante la comida y la bebida, la lujuria y el sueño, el frío, el calor y el cansancio.
Aristófanes pretendió concitar contra Sócrates los odios de la gente conservadora, contraria a las novedades que el filósofo representaba: la física de los jonios, la lógica y la gramática de Protágoras, a los sofistas, “ya entonces obligado arsenal de todo abogado”.
Platón nos dejó en sus diálogos un conmovedor y elocuente retrato de Sócrates, cuya filosofía es una invitación a vivir bien, es decir, con sabiduría y justicia. ... Aunque estaba en juego su vida, Sócrates no halagó ni suplicó al tribunal que lo juzgó, como solía ser costumbre.