El origen del grupo que conforma la Generación del 98 estuvo constituido principalmente por tres autores: Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín. Además de estos tres destacados escritores, también debemos mencionar a Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Ramón María del Valle-Inclán y Ángel Ganivet, entre otros.
En el contexto socio-político de la decadencia del imperio español a partir de la pérdida de las últimas colonias en Hispanoamérica es en donde se ubica la llamada Generación del 98, ya que fue en el año 1898 en el que el gobierno español firmó definitivamente el tratado por medio del cual Cuba lograba la independencia de la metrópoli española. Este hecho supuso un profundo malestar e indignación que se manifestaron en la literatura de los escritores de la Generación del 98.
El desastre del 98 conlleva un vínculo inquebrantable entre este grupo de autores, quienes se preocupan por la esencia de España y buscan a través de la literatura el porqué de la decadencia imperial y los auténticos valores patrióticos, con el fin de lograr paliar la desastrosa imagen de España ante el desinterés por la pérdida de las últimas colonias en América. Por tanto, la literatura de la Generación del 98 está marcada por la crisis existencial y social que asoló nuestro país en aquellos años.
Los escritores observan el paisaje castellano, pobre, sencillo y desgastado por el clima seco y lo comparan a la situación general del país, la apatía de las gentes ante la decadencia del gran imperio; se rebelan y protestan contra esta desgana y para ello promueven la cultura y la economía del país, con el objetivo de intentar que salga adelante. Para conseguir este objetivo, exhalan sobremanera las enseñanzas nacionales y el valor patriótico y nacional de España a través de un lenguaje sencillo, que sea capaz de llegar a todas las gentes, por lo que huyen de la retórica recargada y difícil de interpretar, utilizando frases concisas y breves, cuya carga socio-política es más importante que la belleza artística y estilística.
Pese a sus numerosos intentos por rescatar la grandiosidad de España, el pesimismo ante la situación desastrosa que atraviesa el país deja una huella profunda en la obra de todos estos escritores.
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El origen del grupo que conforma la Generación del 98 estuvo constituido principalmente por tres autores: Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín. Además de estos tres destacados escritores, también debemos mencionar a Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Ramón María del Valle-Inclán y Ángel Ganivet, entre otros.
En el contexto socio-político de la decadencia del imperio español a partir de la pérdida de las últimas colonias en Hispanoamérica es en donde se ubica la llamada Generación del 98, ya que fue en el año 1898 en el que el gobierno español firmó definitivamente el tratado por medio del cual Cuba lograba la independencia de la metrópoli española. Este hecho supuso un profundo malestar e indignación que se manifestaron en la literatura de los escritores de la Generación del 98.
El desastre del 98 conlleva un vínculo inquebrantable entre este grupo de autores, quienes se preocupan por la esencia de España y buscan a través de la literatura el porqué de la decadencia imperial y los auténticos valores patrióticos, con el fin de lograr paliar la desastrosa imagen de España ante el desinterés por la pérdida de las últimas colonias en América. Por tanto, la literatura de la Generación del 98 está marcada por la crisis existencial y social que asoló nuestro país en aquellos años.
Los escritores observan el paisaje castellano, pobre, sencillo y desgastado por el clima seco y lo comparan a la situación general del país, la apatía de las gentes ante la decadencia del gran imperio; se rebelan y protestan contra esta desgana y para ello promueven la cultura y la economía del país, con el objetivo de intentar que salga adelante. Para conseguir este objetivo, exhalan sobremanera las enseñanzas nacionales y el valor patriótico y nacional de España a través de un lenguaje sencillo, que sea capaz de llegar a todas las gentes, por lo que huyen de la retórica recargada y difícil de interpretar, utilizando frases concisas y breves, cuya carga socio-política es más importante que la belleza artística y estilística.
Pese a sus numerosos intentos por rescatar la grandiosidad de España, el pesimismo ante la situación desastrosa que atraviesa el país deja una huella profunda en la obra de todos estos escritores.
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