En la reunión de Londres de principios de abril de 2009, los Jefes de Gobierno del G20 reconocieron que desde su reunión anterior en Washington (15/11/08) la crisis se había profundizado (G20, 2009a). El balance en ese momento era que la economía estadounidense –que representó 25.4% del Producto Bruto Mundial en 2008 Bank, 2008)–, acumulaba una disminución de su producción de 5.1% (, 2009); la economía japonesa, que aportó 8% del producto del mundo, estaba cayendo a una tasa anual de 12.1% (SNA , 2009); las economías europeas, por su parte, habían tenido comportamientos recesivos desde el tercer trimestre de 2008 que se agravaron en el cuarto1 y esperaba resultados negativos en 2009
La profundización de la crisis, además, puso fin a la hipótesis sostenida por varios gobiernos latinoamericanos –entre ellos el mexicano– y de otros países en desarrollo en relación con la existencia de un posible desacoplamiento del ciclo económico mundial (Pineda, Pérez y , 2009), que se fundaba en que los primeros meses recesivos en los países desarrollados sólo habían afectado marginalmente a los países de América Latina y a otros emergentes. El crecimiento económico logrado en 2008 daba cuenta de ese aparente desacoplamiento: la región logró un incremento de su PIB del orden de 4.6% (CEPAL, 2008), en tanto que el conjunto de los países desarrollados sólo lograron 0.9% y economías como la japonesa y la italiana tuvieron caídas de 0.6 y 1.2 (IMF, 2009
Respuesta:
En la reunión de Londres de principios de abril de 2009, los Jefes de Gobierno del G20 reconocieron que desde su reunión anterior en Washington (15/11/08) la crisis se había profundizado (G20, 2009a). El balance en ese momento era que la economía estadounidense –que representó 25.4% del Producto Bruto Mundial en 2008 Bank, 2008)–, acumulaba una disminución de su producción de 5.1% (, 2009); la economía japonesa, que aportó 8% del producto del mundo, estaba cayendo a una tasa anual de 12.1% (SNA , 2009); las economías europeas, por su parte, habían tenido comportamientos recesivos desde el tercer trimestre de 2008 que se agravaron en el cuarto1 y esperaba resultados negativos en 2009
La profundización de la crisis, además, puso fin a la hipótesis sostenida por varios gobiernos latinoamericanos –entre ellos el mexicano– y de otros países en desarrollo en relación con la existencia de un posible desacoplamiento del ciclo económico mundial (Pineda, Pérez y , 2009), que se fundaba en que los primeros meses recesivos en los países desarrollados sólo habían afectado marginalmente a los países de América Latina y a otros emergentes. El crecimiento económico logrado en 2008 daba cuenta de ese aparente desacoplamiento: la región logró un incremento de su PIB del orden de 4.6% (CEPAL, 2008), en tanto que el conjunto de los países desarrollados sólo lograron 0.9% y economías como la japonesa y la italiana tuvieron caídas de 0.6 y 1.2 (IMF, 2009