Entre los principales cultivadores de este subgénero cómico en el siglo XVIII se encuentran los gaditanos Luis Moncín y Juan Ignacio González del Castillo, y los madrileños Ramón de la Cruz y Sebastián Vázquez; otros autores menos conocidos fueron, entre muchos otros, Antonio Pablo Fernández, Antonio Furmento Bazo, Diego Ventura Rejón de Silva y Lucas, Antonio Vidaurre, José López de Sedano, Antonio Valladares de Sotomayor y Gaspar Zavala y Zamora. A finales del siglo XIX fue materia frecuente del llamado género chico y del teatro por horas, con autores especializados como Tomás Luceño y Javier de Burgos, y revitalizaron el género en el siglo XX Carlos Arniches con su colección de sainetes Del Madrid castizo y los hermanos Álvarez Quintero (Serafín y Joaquín). Posteriormente en el Río de la Plata, Armando Discépolo introducirá un giro sombrío y dramático en este género transformándolo en el "Grotesco criollo".
En la historia del desarrollo del sainete pueden observarse cuatro etapas:
1. (1603-1750). En esta tuvo lugar la transformación del término sainete del campo culinario al campo artístico. Ya estaban prescritas algunas características como la poca extensión de las piezas y la mezcla de humor y moralidad, del habla canto y baile.
2. (1760-1868). Es la época en que el sainete llegó a ser un género literario gracias a las creaciones de Ramón de la Cruz, mientras que también se modificó su temática frente al entremés. (254).
3. (1868-1894) El sainete recobró rigor de la mano de Tomás Luceño. Con una extensión más amplia (hasta 45 min.) ya no tiene lugar en las pausas entre los actos.
4. (1894-1915). Este período puede calificarse como la etapa de la decadencia porque el sainete se orienta más y más hacia otros géneros, especialmente hacia la zarzuela y el melodrama, que tuvieron influencia en su desarrollo posterior; hasta que finalmente el sainete fue absorbido por la «comedia asainetada».
Respuesta:
Entre los principales cultivadores de este subgénero cómico en el siglo XVIII se encuentran los gaditanos Luis Moncín y Juan Ignacio González del Castillo, y los madrileños Ramón de la Cruz y Sebastián Vázquez; otros autores menos conocidos fueron, entre muchos otros, Antonio Pablo Fernández, Antonio Furmento Bazo, Diego Ventura Rejón de Silva y Lucas, Antonio Vidaurre, José López de Sedano, Antonio Valladares de Sotomayor y Gaspar Zavala y Zamora. A finales del siglo XIX fue materia frecuente del llamado género chico y del teatro por horas, con autores especializados como Tomás Luceño y Javier de Burgos, y revitalizaron el género en el siglo XX Carlos Arniches con su colección de sainetes Del Madrid castizo y los hermanos Álvarez Quintero (Serafín y Joaquín). Posteriormente en el Río de la Plata, Armando Discépolo introducirá un giro sombrío y dramático en este género transformándolo en el "Grotesco criollo".
En la historia del desarrollo del sainete pueden observarse cuatro etapas:
1. (1603-1750). En esta tuvo lugar la transformación del término sainete del campo culinario al campo artístico. Ya estaban prescritas algunas características como la poca extensión de las piezas y la mezcla de humor y moralidad, del habla canto y baile.
2. (1760-1868). Es la época en que el sainete llegó a ser un género literario gracias a las creaciones de Ramón de la Cruz, mientras que también se modificó su temática frente al entremés. (254).
3. (1868-1894) El sainete recobró rigor de la mano de Tomás Luceño. Con una extensión más amplia (hasta 45 min.) ya no tiene lugar en las pausas entre los actos.
4. (1894-1915). Este período puede calificarse como la etapa de la decadencia porque el sainete se orienta más y más hacia otros géneros, especialmente hacia la zarzuela y el melodrama, que tuvieron influencia en su desarrollo posterior; hasta que finalmente el sainete fue absorbido por la «comedia asainetada».
Explicación:
espero haberte ayudado me das coronita plis