Respuesta:La "Santa Alianza" se reunió en el año 1818 en un congreso en Aquisgrán, pactando medidas contra los "demagogos y revolucionarios" en los Estados de Alemania, así como la retirada de sus tropas de suelo francés y adhiriendo a Gran Bretaña a sus políticas, aunque el gobierno británico presidido por George Canning eludió todo acuerdo concreto para ayudar a la Alianza en cualquier intervención militar, sea con dinero, buques, o tropas. La Santa Alianza intentó contener las revoluciones de 1820 sin éxito.
Del mismo modo, en el Congreso de Troppau, en el Congreso de Laibach (ambos en 1820) y en el Congreso de Verona (de 1822) se consagró un "derecho de intervención" inspirado por el príncipe Metternich por el cual las grandes potencias europeas lucharían contra brotes de liberalismo en cualquier país del continente al constituir estos una "amenaza a la paz europea". Con eso admitía la Alianza tácitamente que Austria envíe tropas para sofocar revueltas liberales en el Reino de las Dos Sicilias y en el Reino de Piamonte (en 1820), y luego que Francia elimine toda huella de su pasado "revolucionario" enviando tropas contra los liberales de España para reponer a Fernando VII como rey absoluto en 1823.
Explicación:En ambas crisis Gran Bretaña rehusó intervenir en favor de la Alianza al juzgar que sus intereses (esencialmente de comercio internacional) no estaban siendo afectados y que la movilización de sus tropas era determinado por su parlamento y no solo por el rey, en tanto Gran Bretaña no era una monarquía absoluta como Austria, Rusia o Prusia.
Por este mismo motivo el gobierno británico también rechazó ayudar a la Alianza cuando ésta autorizó en Verona una intervención para restablecer el dominio de los Borbones sobre España y también sobre sus provincias en América, en tanto Gran Bretaña mantenía lucrativo comercio con la antigua América española y temía que una reacción de España patrocinada por la Alianza le trajera competidores a un lucrativo mercado. En tanto Austria, Prusia, y Rusia carecían de una flota de guerra que desafiara la negativa británica (y su dominio en las aguas del Atlántico) los planes de la Alianza se redujeron a restaurar el absolutismo de Fernando VII en la España metropolitana.
Respuesta:La "Santa Alianza" se reunió en el año 1818 en un congreso en Aquisgrán, pactando medidas contra los "demagogos y revolucionarios" en los Estados de Alemania, así como la retirada de sus tropas de suelo francés y adhiriendo a Gran Bretaña a sus políticas, aunque el gobierno británico presidido por George Canning eludió todo acuerdo concreto para ayudar a la Alianza en cualquier intervención militar, sea con dinero, buques, o tropas. La Santa Alianza intentó contener las revoluciones de 1820 sin éxito.
Del mismo modo, en el Congreso de Troppau, en el Congreso de Laibach (ambos en 1820) y en el Congreso de Verona (de 1822) se consagró un "derecho de intervención" inspirado por el príncipe Metternich por el cual las grandes potencias europeas lucharían contra brotes de liberalismo en cualquier país del continente al constituir estos una "amenaza a la paz europea". Con eso admitía la Alianza tácitamente que Austria envíe tropas para sofocar revueltas liberales en el Reino de las Dos Sicilias y en el Reino de Piamonte (en 1820), y luego que Francia elimine toda huella de su pasado "revolucionario" enviando tropas contra los liberales de España para reponer a Fernando VII como rey absoluto en 1823.
Explicación:En ambas crisis Gran Bretaña rehusó intervenir en favor de la Alianza al juzgar que sus intereses (esencialmente de comercio internacional) no estaban siendo afectados y que la movilización de sus tropas era determinado por su parlamento y no solo por el rey, en tanto Gran Bretaña no era una monarquía absoluta como Austria, Rusia o Prusia.
Por este mismo motivo el gobierno británico también rechazó ayudar a la Alianza cuando ésta autorizó en Verona una intervención para restablecer el dominio de los Borbones sobre España y también sobre sus provincias en América, en tanto Gran Bretaña mantenía lucrativo comercio con la antigua América española y temía que una reacción de España patrocinada por la Alianza le trajera competidores a un lucrativo mercado. En tanto Austria, Prusia, y Rusia carecían de una flota de guerra que desafiara la negativa británica (y su dominio en las aguas del Atlántico) los planes de la Alianza se redujeron a restaurar el absolutismo de Fernando VII en la España metropolitana.