Respuesta:La convulsión del sector financiero y productivo, la bancarrota y caída de la rentabilidad, anuncian que la crisis general del capitalismo trae consigo una enorme fuerza destructora de capitales considerados por la racionalidad del sistema como sobrantes.
La comprensión de la actual crisis del sistema capitalista mundial reviste una gran complejidad analítica: concita siete explicaciones teóricas canalizadas por tres vertientes paradigmáticas, expresa diez dimensiones críticas, afronta cuatro paradojas sintomáticas y suscita seis respuestas políticamente diferenciadas. Además de examinar el intrincado debate, este artículo analiza críticamente la crisis como un problema de carácter estructural, sistémico y civilizatorio. En primera instancia, esta es una crisis de valorización que entraña una espiral de sobreacumulación, la caída de la tasa de ganancia y la ruptura de las dinámicas de acumulación; pero en última instancia significa una crisis civilizatoria. La acumulación mundial centralizada, comandada por el capital transnacional y basada en la explotación del trabajo barato, devastación ambiental y financiarización muestra sus verdaderos límites. Empero, el gran capital pretende restaurar el proceso de concentración de capital, poder, riqueza y conocimiento, sin importar que la vida humana y el metabolismo social estén amenazados de múltiples formas.
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Respuesta:La convulsión del sector financiero y productivo, la bancarrota y caída de la rentabilidad, anuncian que la crisis general del capitalismo trae consigo una enorme fuerza destructora de capitales considerados por la racionalidad del sistema como sobrantes.
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La comprensión de la actual crisis del sistema capitalista mundial reviste una gran complejidad analítica: concita siete explicaciones teóricas canalizadas por tres vertientes paradigmáticas, expresa diez dimensiones críticas, afronta cuatro paradojas sintomáticas y suscita seis respuestas políticamente diferenciadas. Además de examinar el intrincado debate, este artículo analiza críticamente la crisis como un problema de carácter estructural, sistémico y civilizatorio. En primera instancia, esta es una crisis de valorización que entraña una espiral de sobreacumulación, la caída de la tasa de ganancia y la ruptura de las dinámicas de acumulación; pero en última instancia significa una crisis civilizatoria. La acumulación mundial centralizada, comandada por el capital transnacional y basada en la explotación del trabajo barato, devastación ambiental y financiarización muestra sus verdaderos límites. Empero, el gran capital pretende restaurar el proceso de concentración de capital, poder, riqueza y conocimiento, sin importar que la vida humana y el metabolismo social estén amenazados de múltiples formas.
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