Durante los primeros tres siglos de nuestra era, el cristianismo, de ser un cúmulo de ideologías surgidas en el levante mediterráneo y esparcidas por Grecia y Anatolia, se va convirtiendo en una religión organizada, en la medida en que penetra en las capas más altas de la sociedad romana.
Los primeros estratos sociales en los que el cristianismo se introduce será en los bajos orientales, pasando muy vertiginosamente a los estratos medios romanos, en los que entran comerciantes y pequeños propietarios.
Pero pronto alcanzará los grandes estratos, con la conversión de varios nobles y aristócratas romanos, hasta que finalmente la familia imperial se vuelva cristiana y esta sea convertida en la religión oficial del Imperio.
Durante los primeros tres siglos de nuestra era, el cristianismo, de ser un cúmulo de ideologías surgidas en el levante mediterráneo y esparcidas por Grecia y Anatolia, se va convirtiendo en una religión organizada, en la medida en que penetra en las capas más altas de la sociedad romana.
Los primeros estratos sociales en los que el cristianismo se introduce será en los bajos orientales, pasando muy vertiginosamente a los estratos medios romanos, en los que entran comerciantes y pequeños propietarios.
Pero pronto alcanzará los grandes estratos, con la conversión de varios nobles y aristócratas romanos, hasta que finalmente la familia imperial se vuelva cristiana y esta sea convertida en la religión oficial del Imperio.