Ya en el siglo XVI, Martín de Azpilcueta (1493-1586), considerado modernamente un miembro de la Escuela de Salamanca, observó la relación entre la alta inflación y la abundancia de metales preciosos, oro y plata procedentes del Nuevo Mundo. Esta explicación de Azpilcueta coincide con la moderna explicación monetarista basada en la ecuación de Cambridge de acuerdo que en la versión de Irving Fisher (1867-1947), la cantidad de dinero circulante M, el nivel de precios P, la velocidad de circulación de dinero V, el número de transacción T mediante la ecuación:
Si se admite que el número de transacciones T es proporcional a la renta nacional o valor económico de las mercancías producidas Y, y que la velocidad de circulación está inversamente relacionada con la inversa de la proporción l de individuos que prefieren mantener su dinero en metálico, la anterior ecuación se convierte en la ecuación de Cambridge tal como fue formulada por Alfred Marshall por primera vez en 1899:
Si aceptamos que l y Y sufrieron solo variaciones poco importantes durante la revolución de precios, entonces tenemos a medida que aumentaba la cantidad de oro y plata circulante M los precios P tienden a aumentar. Se supone que eso fue lo que pasó durante la revolución de precios, y que el aumento de masa monetaria en forma de metales preciosos llevó al aumento de precios.
Respuesta:
Ya en el siglo XVI, Martín de Azpilcueta (1493-1586), considerado modernamente un miembro de la Escuela de Salamanca, observó la relación entre la alta inflación y la abundancia de metales preciosos, oro y plata procedentes del Nuevo Mundo. Esta explicación de Azpilcueta coincide con la moderna explicación monetarista basada en la ecuación de Cambridge de acuerdo que en la versión de Irving Fisher (1867-1947), la cantidad de dinero circulante M, el nivel de precios P, la velocidad de circulación de dinero V, el número de transacción T mediante la ecuación:
Si se admite que el número de transacciones T es proporcional a la renta nacional o valor económico de las mercancías producidas Y, y que la velocidad de circulación está inversamente relacionada con la inversa de la proporción l de individuos que prefieren mantener su dinero en metálico, la anterior ecuación se convierte en la ecuación de Cambridge tal como fue formulada por Alfred Marshall por primera vez en 1899:
Si aceptamos que l y Y sufrieron solo variaciones poco importantes durante la revolución de precios, entonces tenemos a medida que aumentaba la cantidad de oro y plata circulante M los precios P tienden a aumentar. Se supone que eso fue lo que pasó durante la revolución de precios, y que el aumento de masa monetaria en forma de metales preciosos llevó al aumento de precios.
Explicación:
Espero te sirva :D