El presidente de Francia, François Hollande, se encuentra inmerso en un grave problema. Su popularidad se ha derrumbado a medida que ha llevado a la economía de su país al estancamiento (segundo trimestre consecutivo de crecimiento cero). Pero además Francia se está convirtiendo poco a poco en el eslabón más débil de la zona euro junto a Italia, sin que haya posibilidades significativas de que ambos países puedan salir por sí mismos de esta situación.
Hubo un tiempo en el que los principales economistas pensaban que España, Grecia o incluso Portugal desencadenarían la crisis definitiva que pusiera en peligro el euro y que condujera a la desintegración de todo el bloque. Sin embargo, es ahora Francia el que va tomando poco a poco el papel de mayor amenaza a la moneda única europea. Lo que sí es cierto es que la crisis de la eurozona ha entrado en una segunda fase.
El presidente de Francia, François Hollande, se encuentra inmerso en un grave problema. Su popularidad se ha derrumbado a medida que ha llevado a la economía de su país al estancamiento (segundo trimestre consecutivo de crecimiento cero). Pero además Francia se está convirtiendo poco a poco en el eslabón más débil de la zona euro junto a Italia, sin que haya posibilidades significativas de que ambos países puedan salir por sí mismos de esta situación.
Hubo un tiempo en el que los principales economistas pensaban que España, Grecia o incluso Portugal desencadenarían la crisis definitiva que pusiera en peligro el euro y que condujera a la desintegración de todo el bloque. Sin embargo, es ahora Francia el que va tomando poco a poco el papel de mayor amenaza a la moneda única europea. Lo que sí es cierto es que la crisis de la eurozona ha entrado en una segunda fase.