Cual fue una consecuencia de la introduccion de los ferrocarriles 1 paralizacion de la economia 2 disminucion de la produccion 3 aumento del comercio 4 multiplicacion de rebeliones rurales
La historia de Rusia empieza con la llegada de los eslavos orientales, el grupo étnico del que posteriormente derivarían los rusos, ucranianos y bielorrusos.
Con la unificación que realizó en el 882 Oleg el Sabio,1 del norte (Nóvgorod) y el sur (Kiev), se dio origen al primer estado eslavo oriental, la Rus de Kiev. Ya en el 944 Ígor intentó una frustrada incursión contra Constantinopla, aunque propició un tratado comercial con el Imperio bizantino cuya influencia terminó por hacer adoptar el cristianismo en 988, comenzando así la fusión entre las culturas eslava y bizantina que caracterizaría la rusa durante los siguientes siete siglos. El Rus de Kiev se desintegraría finalmente en varios reinos que competirían entre sí por figurar como herederos de su civilización y por el predominio territorial en la zona y que acabaron bajo dominio mongol.
Tras el siglo XIII, el Principado de Moscú llegó progresivamente a dominar el antiguo espacio cultural. Llegado el siglo XVIII, el Zarato ruso había llegado a convertirse en el vasto Imperio ruso, abarcando desde Polonia hasta el océano Pacífico. La expansión hacia el Oeste avivó la conciencia rusa de atraso con respecto a los países europeos y acabó con el aislamiento de los primeros tiempos. Los sucesivos regímenes del siglo XIX respondieron a dichas presiones con una combinación de reformismo tímido y represión. El feudalismo ruso fue abolido en 1861, pero en unos términos desfavorables para el campesinado y sirvió para incrementar las presiones revolucionarias. Entre la abolición de la servidumbre y el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914, las reformas de Piotr Stolypin, la constitución de 1906 y la Duma Imperial de Rusia introdujeron notables cambios en la economía y la política del país, sin embargo, los zares no estuvieron a la altura de las circunstancias para ceder poder autoritario. El último monarca, el zar Nicolás II, reinó hasta 1917.
La derrota militar en la Primera Guerra Mundial y la escasez de comida allanaron el camino a la Revolución Rusa de 1917, que colocó en el poder a los bolcheviques dirigidos por Vladímir Lenin. Entre 1922 y 1991, la historia de Rusia es esencialmente la Historia de la Unión Soviética, un Estado federal que ocupó una extensión territorial similar a la del antiguo Imperio ruso. La Unión Soviética se configuró como un Estado socialista de partido único bajo la dirección del Partido Comunista, aboliéndose la propiedad privada de los medios de producción e instaurándose un sistema de economía planificada. A finales de los años 1980, siendo crítica la debilidad de su estructura económica y política, ciertos cambios en la ejecutiva del partido y en la economía marcaron el fin de la Unión Soviética.
La historia de Rusia empieza con la llegada de los eslavos orientales, el grupo étnico del que posteriormente derivarían los rusos, ucranianos y bielorrusos.
Con la unificación que realizó en el 882 Oleg el Sabio,1 del norte (Nóvgorod) y el sur (Kiev), se dio origen al primer estado eslavo oriental, la Rus de Kiev. Ya en el 944 Ígor intentó una frustrada incursión contra Constantinopla, aunque propició un tratado comercial con el Imperio bizantino cuya influencia terminó por hacer adoptar el cristianismo en 988, comenzando así la fusión entre las culturas eslava y bizantina que caracterizaría la rusa durante los siguientes siete siglos. El Rus de Kiev se desintegraría finalmente en varios reinos que competirían entre sí por figurar como herederos de su civilización y por el predominio territorial en la zona y que acabaron bajo dominio mongol.
Tras el siglo XIII, el Principado de Moscú llegó progresivamente a dominar el antiguo espacio cultural. Llegado el siglo XVIII, el Zarato ruso había llegado a convertirse en el vasto Imperio ruso, abarcando desde Polonia hasta el océano Pacífico. La expansión hacia el Oeste avivó la conciencia rusa de atraso con respecto a los países europeos y acabó con el aislamiento de los primeros tiempos. Los sucesivos regímenes del siglo XIX respondieron a dichas presiones con una combinación de reformismo tímido y represión. El feudalismo ruso fue abolido en 1861, pero en unos términos desfavorables para el campesinado y sirvió para incrementar las presiones revolucionarias. Entre la abolición de la servidumbre y el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914, las reformas de Piotr Stolypin, la constitución de 1906 y la Duma Imperial de Rusia introdujeron notables cambios en la economía y la política del país, sin embargo, los zares no estuvieron a la altura de las circunstancias para ceder poder autoritario. El último monarca, el zar Nicolás II, reinó hasta 1917.
La derrota militar en la Primera Guerra Mundial y la escasez de comida allanaron el camino a la Revolución Rusa de 1917, que colocó en el poder a los bolcheviques dirigidos por Vladímir Lenin. Entre 1922 y 1991, la historia de Rusia es esencialmente la Historia de la Unión Soviética, un Estado federal que ocupó una extensión territorial similar a la del antiguo Imperio ruso. La Unión Soviética se configuró como un Estado socialista de partido único bajo la dirección del Partido Comunista, aboliéndose la propiedad privada de los medios de producción e instaurándose un sistema de economía planificada. A finales de los años 1980, siendo crítica la debilidad de su estructura económica y política, ciertos cambios en la ejecutiva del partido y en la economía marcaron el fin de la Unión Soviética.