Control oficial: La Casa de la Contratación (en Sevilla) defendía el monopolio y controlaba los asuntos comerciales con América. Colaboración privada: La Casa de Contratación contó con la colaboración de un gremio de comerciantes, a los que se les dio el privilegio exclusivo de comerciar con América.
La Corona española estableció, en un principio, que Sevilla fuera el único puerto autorizado para comerciar con las posesiones americanas y, a través de la Casa de Contratación de Sevilla, regulaba el comercio transatlántico, al autorizar la entrada y salida de barcos, así como de los pasajeros que iban y venían
Control oficial: La Casa de la Contratación (en Sevilla) defendía el monopolio y controlaba los asuntos comerciales con América. Colaboración privada: La Casa de Contratación contó con la colaboración de un gremio de comerciantes, a los que se les dio el privilegio exclusivo de comerciar con América.
La Corona española estableció, en un principio, que Sevilla fuera el único puerto autorizado para comerciar con las posesiones americanas y, a través de la Casa de Contratación de Sevilla, regulaba el comercio transatlántico, al autorizar la entrada y salida de barcos, así como de los pasajeros que iban y venían