Si tocas el extremo de una cadena metálica con un objeto cargado, toda la cadena se carga. La explicación obvia es que las cargas se mueven por la cadena y se distribuyen por ella. Las cargas eléctricas se mueven fácilmente por algunos materiales, llamados conductores. Los conductores metálicos fueron los más usados por los primeros experimentadores, pero las disoluciones de sales y los gases calientes también conducen las cargas fácilmente. Otros materiales, como el vidrio y las fibras secas no conducen las cargas prácticamente nada; este tipo de materiales se conocen como no conductores o aislantes.
El aire seco es un aislante bastante bueno. No así el aire húmedo; es por eso que algunos experimentos de electrostática no terminan de salir bien en días de mucha humedad. Pero si la carga es lo suficientemente grande, incluso el aire seco puede convertirse de repente en conductor, permitiendo que una gran cantidad de carga se desplace a través de él.. El calor y la luz que causa este brusco desplazamiento de carga produce lo que conocemos como “chispa”. Las chispas fueron la primera prueba directa de que las cargas se mueven.
Hasta finales del siglo XVIII solo se podía conseguir un flujo significativo de carga, es decir, una corriente eléctrica, descargando un objeto con mucha carga. Al estudiar las corrientes eléctricas producidas de esta manera, Benjamin Franklin asumía que las cargas en movimiento eran positivas. Por ello definió el sentido del flujo de una corriente eléctrica como el sentido del flujo de las cargas positivas. Hoy sabemos que las cargas que se mueven en una corriente pueden ser positivas negativas o de ambos tipos. En la mayoría de los cables y circuitos eléctricos las cargas en movimiento son electrones negativos. Sin embargo, desde los primeros trabajos de Franklin, el sentido del flujo de una corriente eléctrica se define como la dirección del flujo de las cargas positivas, independientemente del signo que, de hecho, tengan las cargas en movimiento. Esta convención es aceptable porque el flujo de cargas negativas en una dirección es equivalente desde el punto de vista eléctrico al flujo de cargas positivas en el otro sentido
Plasma-filaments
Si tocas el extremo de una cadena metálica con un objeto cargado, toda la cadena se carga. La explicación obvia es que las cargas se mueven por la cadena y se distribuyen por ella. Las cargas eléctricas se mueven fácilmente por algunos materiales, llamados conductores. Los conductores metálicos fueron los más usados por los primeros experimentadores, pero las disoluciones de sales y los gases calientes también conducen las cargas fácilmente. Otros materiales, como el vidrio y las fibras secas no conducen las cargas prácticamente nada; este tipo de materiales se conocen como no conductores o aislantes.
El aire seco es un aislante bastante bueno. No así el aire húmedo; es por eso que algunos experimentos de electrostática no terminan de salir bien en días de mucha humedad. Pero si la carga es lo suficientemente grande, incluso el aire seco puede convertirse de repente en conductor, permitiendo que una gran cantidad de carga se desplace a través de él.. El calor y la luz que causa este brusco desplazamiento de carga produce lo que conocemos como “chispa”. Las chispas fueron la primera prueba directa de que las cargas se mueven.
Hasta finales del siglo XVIII solo se podía conseguir un flujo significativo de carga, es decir, una corriente eléctrica, descargando un objeto con mucha carga. Al estudiar las corrientes eléctricas producidas de esta manera, Benjamin Franklin asumía que las cargas en movimiento eran positivas. Por ello definió el sentido del flujo de una corriente eléctrica como el sentido del flujo de las cargas positivas. Hoy sabemos que las cargas que se mueven en una corriente pueden ser positivas negativas o de ambos tipos. En la mayoría de los cables y circuitos eléctricos las cargas en movimiento son electrones negativos. Sin embargo, desde los primeros trabajos de Franklin, el sentido del flujo de una corriente eléctrica se define como la dirección del flujo de las cargas positivas, independientemente del signo que, de hecho, tengan las cargas en movimiento. Esta convención es aceptable porque el flujo de cargas negativas en una dirección es equivalente desde el punto de vista eléctrico al flujo de cargas positivas en el otro sentido
lo que dijo gintadelcampo