La historiadora de arte Natalia Majluf, exdirectora del MALI, escribe, en el ensayo “Los fabricantes de emblemas. Los símbolos nacionales en la transición republicana. Perú, 1820-1825”, lo siguiente: “Hay algo de cerrado y concluyente en los símbolos patrios, algo de inmutable; dan la impresión de ser invariables, como las naciones que representan. Pero estos símbolos, al igual que las naciones, no siempre existieron”. Y, a la par de las naciones —añadiríamos—, tienen una historia. Esta es la de los símbolos patrios peruanos.
El proceso que llevó al diseño de la Bandera Nacional que conocemos actualmente es tan largo como la propia historia del país. Se reconocen cuatro banderas principalmente, que dieron sentido a los sucesos históricos del momento, y que, de alguna manera, ofrecen en sus diseños breves notas de esos acontecimientos.
La que es considerada como la primera Bandera mexicana, es el estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe que empuñó el cura Miguel Hidalgo durante el grito de Dolores. En ese sentido, los historiadores han señalado que su importancia radica en su papel de símbolo insurgente dentro de la lucha independentista.
Más adelante, ya consumada la gesta de Independencia, en 1821, el gobierno de Agustín de Iturbide adopta la Bandera tricolor del primer gobierno mexicano, considerada la Segunda Bandera Nacional, aunque algunos textos la consideran la primera.
En este lábaro ya se incluía la figura del águila posada sobre un nopal. También se utilizaron los tres colores hasta ahora vigentes: verde, blanco y rojo; así como la corona del Imperio y el escudo al centro con la imagen del águila, aunque no aparece como la actual, devorando una serpiente.
También se registra como Segunda Bandera Nacional la que utilizó Benito Juárez cuando asumió al poder y estableció la República.
La Tercera Bandera Nacional es la que ondeó durante el imperio de Maximiliano I de México en los territorios que estaban en su poder. Ahora, su nuevo diseño observa cambios en sus proporciones, además de que se colocaron cuatro águilas coronadas en cada esquina de la lábaro. El aspecto se aproximaba a la del Escudo Imperial Francés, y estuvo vigente hasta 1867, con la muerte del monarca austríaco.
Fue hasta 1968, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz, cuando se adoptó por decreto la Cuarta Bandera Nacional, que es la que actualmente conocemos, y confirmada por la ley el 24 de febrero de 1984. Entre sus características más importantes es que el escudo con el águila está en ambos lados. Se ha comentado que esta versión definitiva se debió al papel de México como anfitrión de los XIX Juegos Olímpicos.
La numeración de estas banderas, no obstante, es variado y se les atribuye el orden de acuerdo a los estudios históricos e intereses que se han dado a lo largo del tiempo. La ordenación antes expuesta está conforme a lo acordado por diversas fuentes, pero no es definitiva.
Sin embargo, cabe aclarar que además de estas banderas, que podemos considerar como oficiales, hubo otras que derivaron de la coyuntura histórica y política del momento. Una de ellas, fue la Bandera del Ejército Trigarante que se destacó durante el Plan de Iguala y que ya distinguía los tres colores: blanco, que significaba la religión católica, el verde la independencia, y el rojo, la unión de los mexicanos.
Entre otros pendones patrios está el que portó el movimiento cristero, entre cuyas principales modificaciones estuvo la de colocar la imagen de la Virgen de Guadalupe sobre el águila y la leyenda “Viva Cristo Rey y Nuestra Señora de Guadalupe”.
La historia mexicana considera también la Bandera de Carranza, con la que se pretendía marcar el fin del régimen porfirista. Se colocó un águila de perfil con lo que se hacía alusión a la República.
La Bandera de 1934, aparece como parte de la legislación para los símbolos patrios aprobada ese año, con lo que también se modifica el trazo del Escudo Nacional. En 1940 el presidente Lázaro Cárdenas oficializó el 24 de febrero como Día de la bandera.
En cuanto a los colores de la Bandera, se ha acordado darles los siguientes significados: el verde simboliza la esperanza del pueblo en el destino de su raza; el blanco la unidad, y el rojo la sangre que derramaron los héroes por la Patria.1,2
El escudo de la bandera nacional se basa en la leyenda que narra cuando Huitzilopochtli profetizó a los aztecas, durante su migración desde Aztlán, que debían buscar en un lago un águila posada sobre un nopal con una serpiente entre sus garras. Al ver esta escena, fundaron en ese lugar la ciudad de Tenochtitlán, la actual Ciudad de México. 2
El águila ha sido modificada siete veces a lo largo de la historia hasta consolidarse como es ahora: un águila real posada en un cactus mientras devora a una serpiente.
No obstante, el modelo actual del escudo de la bandera fue diseñado por los arquitectos Francisco Eppens Helguera y Pedro Moctezuma Días Infante, el cual fue presentado el 24 de febrero de 1969.
Respecto al anterior modelo, el nuevo se diferencia en la imagen del lago, el cual se sustituye por un glifo náhuatl, es decir, por símbolos que formaban parte de diversos códigos mexicas. 3
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La historiadora de arte Natalia Majluf, exdirectora del MALI, escribe, en el ensayo “Los fabricantes de emblemas. Los símbolos nacionales en la transición republicana. Perú, 1820-1825”, lo siguiente: “Hay algo de cerrado y concluyente en los símbolos patrios, algo de inmutable; dan la impresión de ser invariables, como las naciones que representan. Pero estos símbolos, al igual que las naciones, no siempre existieron”. Y, a la par de las naciones —añadiríamos—, tienen una historia. Esta es la de los símbolos patrios peruanos.
El proceso que llevó al diseño de la Bandera Nacional que conocemos actualmente es tan largo como la propia historia del país. Se reconocen cuatro banderas principalmente, que dieron sentido a los sucesos históricos del momento, y que, de alguna manera, ofrecen en sus diseños breves notas de esos acontecimientos.
La que es considerada como la primera Bandera mexicana, es el estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe que empuñó el cura Miguel Hidalgo durante el grito de Dolores. En ese sentido, los historiadores han señalado que su importancia radica en su papel de símbolo insurgente dentro de la lucha independentista.
Más adelante, ya consumada la gesta de Independencia, en 1821, el gobierno de Agustín de Iturbide adopta la Bandera tricolor del primer gobierno mexicano, considerada la Segunda Bandera Nacional, aunque algunos textos la consideran la primera.
En este lábaro ya se incluía la figura del águila posada sobre un nopal. También se utilizaron los tres colores hasta ahora vigentes: verde, blanco y rojo; así como la corona del Imperio y el escudo al centro con la imagen del águila, aunque no aparece como la actual, devorando una serpiente.
También se registra como Segunda Bandera Nacional la que utilizó Benito Juárez cuando asumió al poder y estableció la República.
La Tercera Bandera Nacional es la que ondeó durante el imperio de Maximiliano I de México en los territorios que estaban en su poder. Ahora, su nuevo diseño observa cambios en sus proporciones, además de que se colocaron cuatro águilas coronadas en cada esquina de la lábaro. El aspecto se aproximaba a la del Escudo Imperial Francés, y estuvo vigente hasta 1867, con la muerte del monarca austríaco.
Fue hasta 1968, durante la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz, cuando se adoptó por decreto la Cuarta Bandera Nacional, que es la que actualmente conocemos, y confirmada por la ley el 24 de febrero de 1984. Entre sus características más importantes es que el escudo con el águila está en ambos lados. Se ha comentado que esta versión definitiva se debió al papel de México como anfitrión de los XIX Juegos Olímpicos.
La numeración de estas banderas, no obstante, es variado y se les atribuye el orden de acuerdo a los estudios históricos e intereses que se han dado a lo largo del tiempo. La ordenación antes expuesta está conforme a lo acordado por diversas fuentes, pero no es definitiva.
Sin embargo, cabe aclarar que además de estas banderas, que podemos considerar como oficiales, hubo otras que derivaron de la coyuntura histórica y política del momento. Una de ellas, fue la Bandera del Ejército Trigarante que se destacó durante el Plan de Iguala y que ya distinguía los tres colores: blanco, que significaba la religión católica, el verde la independencia, y el rojo, la unión de los mexicanos.
Entre otros pendones patrios está el que portó el movimiento cristero, entre cuyas principales modificaciones estuvo la de colocar la imagen de la Virgen de Guadalupe sobre el águila y la leyenda “Viva Cristo Rey y Nuestra Señora de Guadalupe”.
La historia mexicana considera también la Bandera de Carranza, con la que se pretendía marcar el fin del régimen porfirista. Se colocó un águila de perfil con lo que se hacía alusión a la República.
La Bandera de 1934, aparece como parte de la legislación para los símbolos patrios aprobada ese año, con lo que también se modifica el trazo del Escudo Nacional. En 1940 el presidente Lázaro Cárdenas oficializó el 24 de febrero como Día de la bandera.
En cuanto a los colores de la Bandera, se ha acordado darles los siguientes significados: el verde simboliza la esperanza del pueblo en el destino de su raza; el blanco la unidad, y el rojo la sangre que derramaron los héroes por la Patria.1,2
El escudo de la bandera nacional se basa en la leyenda que narra cuando Huitzilopochtli profetizó a los aztecas, durante su migración desde Aztlán, que debían buscar en un lago un águila posada sobre un nopal con una serpiente entre sus garras. Al ver esta escena, fundaron en ese lugar la ciudad de Tenochtitlán, la actual Ciudad de México. 2
El águila ha sido modificada siete veces a lo largo de la historia hasta consolidarse como es ahora: un águila real posada en un cactus mientras devora a una serpiente.
No obstante, el modelo actual del escudo de la bandera fue diseñado por los arquitectos Francisco Eppens Helguera y Pedro Moctezuma Días Infante, el cual fue presentado el 24 de febrero de 1969.
Respecto al anterior modelo, el nuevo se diferencia en la imagen del lago, el cual se sustituye por un glifo náhuatl, es decir, por símbolos que formaban parte de diversos códigos mexicas. 3