Compareció ayer el primer roedor ante la Fiscalía Anticorrupción del Gobierno del Estado; se trató del ex tesorero estatal, Mario César Cuen Aranda, uno de los autores intelectuales del mayor desfalco gubernamental de que se tenga memoria en Sonora.
Muy lejos quedó aquel aire de arrogancia, de perdonavidas de cuando era una de las firmas principales para el pago de proveedores en Palacio de Gobierno, de cuando nomás por sus puros “destos”, tenía el poder de decidir a quién sí y a quién no pagarle por los servicios prestados a alguna entidad gubernamental, claro, siempre y cuando de por medio hubiera el respectivo “moche” del 20 ó 30% del monto a pagar para hacer su cochinito, y poder así darse la vida de lujos y derroches a que tanto le agarro gusto en los pasados seis años.
Ayer, Mario César Cuen Aranda, el famoso “cara de guante cachón”, mostró un rostro muy diferente al de hace todavía unos meses, se le vio desencajado, preocupado aunque dijera que se sentía tranquilo, lo único que balbuceó ante el acoso de los colegas reporteros que lo esperaban a su salida de las oficinas de la Fiscalía Anticorrupción del Gobierno del Estado, misma que encabeza Odracir Ricardo Espinoza Valdez.
Respuesta:
depende
Explicación:
por que si fue en todo el mundo fue rodetina
Respuesta:
Compareció ayer el primer roedor ante la Fiscalía Anticorrupción del Gobierno del Estado; se trató del ex tesorero estatal, Mario César Cuen Aranda, uno de los autores intelectuales del mayor desfalco gubernamental de que se tenga memoria en Sonora.
Muy lejos quedó aquel aire de arrogancia, de perdonavidas de cuando era una de las firmas principales para el pago de proveedores en Palacio de Gobierno, de cuando nomás por sus puros “destos”, tenía el poder de decidir a quién sí y a quién no pagarle por los servicios prestados a alguna entidad gubernamental, claro, siempre y cuando de por medio hubiera el respectivo “moche” del 20 ó 30% del monto a pagar para hacer su cochinito, y poder así darse la vida de lujos y derroches a que tanto le agarro gusto en los pasados seis años.
Ayer, Mario César Cuen Aranda, el famoso “cara de guante cachón”, mostró un rostro muy diferente al de hace todavía unos meses, se le vio desencajado, preocupado aunque dijera que se sentía tranquilo, lo único que balbuceó ante el acoso de los colegas reporteros que lo esperaban a su salida de las oficinas de la Fiscalía Anticorrupción del Gobierno del Estado, misma que encabeza Odracir Ricardo Espinoza Valdez.