jaque304 El Plan de Agua Prieta es un manifiesto redactado en la era de la Revolución Mexicana, por simpatizantes del General Álvaro Obregón en contra del entonces presidente Venustiano Carranza. En dicho plan se desconoce al gobierno de Carranza. El plan fue proclamado por Obregón el 23 de abril de 1920, en la ciudad de Agua Prieta, en el estado de Sonora, de donde era originario Plutarco Elías Calles. Fue secundado desde el inicio por otros generales de brigada de la División del Noroeste, como Ángel Flores y Francisco Manzo. El pretexto por el cual fue desconocido el gobierno de Carranza fue una disputa entre la Federación y el gobierno sonorense por la potestad sobre el río Sonora[cita requerida], aunque detrás del levantamiento habían numerosos intereses y conflictos políticos, como el resentimiento de los seguidores de Álvaro Obregón y el Partido Laborista, que fueron derrotados en las elecciones presidenciales de 1920.
El plan, además de no reconocer el gobierno de Venustiano Carranza, no reconocía a todos los representantes populares electos en los estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León, Querétaro y Tamaulipas, así como al gobernador constitucional del estado de Nayarit. Se proponía no combatir a las autoridades, siempre y cuando éstas no hostilizaran al Ejército Constitucionalista Liberal, que encabezó el Lic. Adolfo de la Huerta, a la sazón gobernador sonorense. Adolfo de la Huerta, por este plan, tuvo la facultad de nombrar gobernadores interinos en los estados donde el Ejército Constitucionalista Liberal los había derrocado o no reconocido. Elías Calles y los sublevados que secundaron el plan de Agua Prieta hicieron un llamado a los gobiernos de los estados a nombrar representantes a una junta, que a su vez habría de nombrar al presidente interino de la República. Este jefe de estado provisional debería a su vez convocar a elecciones generales apenas tomara el poder
El plan, además de no reconocer el gobierno de Venustiano Carranza, no reconocía a todos los representantes populares electos en los estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Nuevo León, Querétaro y Tamaulipas, así como al gobernador constitucional del estado de Nayarit. Se proponía no combatir a las autoridades, siempre y cuando éstas no hostilizaran al Ejército Constitucionalista Liberal, que encabezó el Lic. Adolfo de la Huerta, a la sazón gobernador sonorense. Adolfo de la Huerta, por este plan, tuvo la facultad de nombrar gobernadores interinos en los estados donde el Ejército Constitucionalista Liberal los había derrocado o no reconocido. Elías Calles y los sublevados que secundaron el plan de Agua Prieta hicieron un llamado a los gobiernos de los estados a nombrar representantes a una junta, que a su vez habría de nombrar al presidente interino de la República. Este jefe de estado provisional debería a su vez convocar a elecciones generales apenas tomara el poder