enriquecancer1Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra: Humildemente postrados ante tu altar, te entregamos y consagramos nuestro corazón y nuestra alma, prometiéndote servirte con toda fidelidad hasta la muerte. Dígnate, Inmaculada Virgen de la Medalla Milagrosa, aceptar benigna este ofrecimiento y alcánzanos de Jesús valor y gracia para cumplirlo. Míranos como cosa tuya para que, custodiados por tu maternal bondad, vivamos santamente muramos en gracia de Dios y consigamos la eterna felicidad de la Gloria. Amén.