constituye para el Islam una sana aspiración la trascendencia del mundo fenoménico teniendo como anhelo todo musulmán la realización en sí mismo de cada uno de los Nombres de Allah, con los que El se hace cognoscible, la Unidad, la Verdad, la Belleza, la Eternidad, etc. Para el musulmán es el camino de la salud, la aspiración continua y nunca realizada de llegar a Allah a través de uno de sus Nombres.
Para el hombre solo hay un camino de salud, el "investirse" de uno de los Nombres de Allah, Señor de los Mundos, es decir Señor de todos y cada uno de los Nombres, de todas y cada una de las manifestaciones Iláhicas en el Universo creado, esto lejos de apartarnos de El, nos aproxima en un movimiento continuo e infinito para el que no existe fin ni meta, pues esta es Allah en su absoluta incognoscibilidad, mas allá de toda acción en la que únicamente podemos y debemos "reconocer-Le".
constituye para el Islam una sana aspiración la trascendencia del mundo fenoménico teniendo como anhelo todo musulmán la realización en sí mismo de cada uno de los Nombres de Allah, con los que El se hace cognoscible, la Unidad, la Verdad, la Belleza, la Eternidad, etc. Para el musulmán es el camino de la salud, la aspiración continua y nunca realizada de llegar a Allah a través de uno de sus Nombres.
Para el hombre solo hay un camino de salud, el "investirse" de uno de los Nombres de Allah, Señor de los Mundos, es decir Señor de todos y cada uno de los Nombres, de todas y cada una de las manifestaciones Iláhicas en el Universo creado, esto lejos de apartarnos de El, nos aproxima en un movimiento continuo e infinito para el que no existe fin ni meta, pues esta es Allah en su absoluta incognoscibilidad, mas allá de toda acción en la que únicamente podemos y debemos "reconocer-Le".