El sistema de justicia seguía sin proteger a la población indígena, en particular a los niños y niñas; la tasa de encarcelación era alta, y se denunciaron abusos y muertes bajo custodia. Australia mantuvo su política de mano dura, confinando a las personas solicitantes de asilo en centros de tramitación de ultramar en Papúa Nueva Guinea y Nauru y devolviendo sin el debido procedimiento a quienes intentaban llegar al país por mar. En octubre, al ser elegida Australia miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, se alzaron voces para pedir mejoras en su historial de derechos humanos, incluido el cese de toda relación entre Australia y el ejército de Myanmar.
El sistema de justicia seguía sin proteger a la población indígena, en particular a los niños y niñas; la tasa de encarcelación era alta, y se denunciaron abusos y muertes bajo custodia. Australia mantuvo su política de mano dura, confinando a las personas solicitantes de asilo en centros de tramitación de ultramar en Papúa Nueva Guinea y Nauru y devolviendo sin el debido procedimiento a quienes intentaban llegar al país por mar. En octubre, al ser elegida Australia miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, se alzaron voces para pedir mejoras en su historial de derechos humanos, incluido el cese de toda relación entre Australia y el ejército de Myanmar.