La fecha exacta de la aparición de la imprenta se encuentra entre los hechos que han causado gran controversia a lo largo de los siglos. Los antiguos ejemplares impresos que aún existen, señalan fechas y nombres de talleres que permiten dar seguimiento a la historia de las impresiones aunque aún no se pueda trazar el cuadro general de la invención de tan importante avance. Algunos autores consideran como “(…) precedente inmediato de la imprenta, al libro xilografiado, este se realizaba generalmente a partir de dibujos que se podían colorear posteriormente. Las obras xilografiadas llegaron a alcanzar una relativa popularidad a finales de la Edad Media, especialmente para barajas, juegos y algunos libros de fábulas, así como para la famosa Biblia pauperum o Biblia de los pobres, realizada a base de dibujos y de gran difusión entre las clases populares” (López de Prado)
Cuenta la historia que hasta 1449 y aun en años posteriores, los libros se difundían en copias manuscritas por copistas, muchos de los cuales eran monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles. Como no todos los monjes copistas sabían leer y escribir, realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablaban de medicina interna o de sexo. Las ilustraciones y las letras capitales eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de sus trabajos, podía durar hasta diez años.
Y el hombre lo hace solo "a mano"
Q te sirva
La fecha exacta de la aparición de la imprenta se encuentra entre los hechos que han causado gran controversia a lo largo de los siglos. Los antiguos ejemplares impresos que aún existen, señalan fechas y nombres de talleres que permiten dar seguimiento a la historia de las impresiones aunque aún no se pueda trazar el cuadro general de la invención de tan importante avance.
Algunos autores consideran como “(…) precedente inmediato de la imprenta, al libro xilografiado, este se realizaba generalmente a partir de dibujos que se podían colorear posteriormente. Las obras xilografiadas llegaron a alcanzar una relativa popularidad a finales de la Edad Media, especialmente para barajas, juegos y algunos libros de fábulas, así como para la famosa Biblia pauperum o Biblia de los pobres, realizada a base de dibujos y de gran difusión entre las clases populares” (López de Prado)
Cuenta la historia que hasta 1449 y aun en años posteriores, los libros se difundían en copias manuscritas por copistas, muchos de los cuales eran monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles. Como no todos los monjes copistas sabían leer y escribir, realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablaban de medicina interna o de sexo. Las ilustraciones y las letras capitales eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de sus trabajos, podía durar hasta diez años.