La diferencia litológica (rocas sedimentarias, ígneas, metamórficas) y los procesos de inestabilidad de las montañas se evidencian en: deslizamientos, caída de materiales rocosos, movimientos sísmicos, erosión y todos los procesos desencadenados por el potencial hidrogravitatorio. Estos fenómenos físicos condicionan la formación de los relieves y de los paisajes ocupados por la población colombiana. La diferencia de formas en las cordilleras da lugar a variados paisajes:
Las mesetas o cerros residuales. Son terrenos aplanados, resistentes a procesos erosivos y representativos en áreas de Neiva, Espinal, Honda, La Dorada, Valle del Cauca y del Atrato-San Juan. Otras mesetas son controladas por un sistema de fallas tectónicas (meseta de Bucaramanga) con extremos abruptos, resultado de la disección o profundización de las corrientes hídricas que atraviesan sus formas, del levantamiento de la cordillera y de los procesos de sedimentación. (Flórez: 2003:108) Los altiplanos. Son representativos de la media y alta montaña. Su importancia radica en que funcionan como áreas de ocupación con alta densidad demográfica y con un alto potencial agrológico. Parte de ellos, fueron conformados por depresiones, en las cuales, se encajonaron grandes lagos que con el tiempo desaparecieron. En sus suelos, de origen lacustre, se desarrollan variadas actividades agrícolas. El altiplano Cundiboyacense, que incluye la Sabana de Bogotá, y los altiplanos de Sibundoy y de Balsillas, en el Huila, hacen parte de depresiones de origen tectónico que fueron transformadas por redes de drenaje.
Los piedemontes. Comprenden los sectores entre el borde bajo de la cordillera o serranía y la llanura o valle. Es la parte baja de una elevación y la zona donde se ubican actualmente varias capitales y municipios. Por ejemplo, en el flanco oriental de la cordillera oriental, Villavicencio, Florencia, Yopal y Mocoa; en la cordillera Central, Ibagué, Mariquita, Armenia y Pereira. Estas poblaciones y otras ubicadas a lo largo de las cordilleras de Colombia hacen parte de áreas donde se presentan procesos que implican alta inestabilidad y riesgos naturales para la población. (Flórez: 2003:125-127) Los piedemontes son áreas donde se mantiene una relación directa entre la montaña y la llanura. Debido al transporte de sedimentos y la erosión producida por los ríos torrenciales que recorren empinadas pendientes, se conforman áreas de depósito en grandes superficies al pie de la montaña, conocidas como abanicos o conos de deyección.
La diferencia litológica (rocas sedimentarias, ígneas, metamórficas) y los procesos de inestabilidad de las montañas se evidencian en: deslizamientos, caída de materiales rocosos, movimientos sísmicos, erosión y todos los procesos desencadenados por el potencial hidrogravitatorio. Estos fenómenos físicos condicionan la formación de los relieves y de los paisajes ocupados por la población colombiana. La diferencia de formas en las cordilleras da lugar a variados paisajes:
Las mesetas o cerros residuales. Son terrenos aplanados, resistentes a procesos erosivos y representativos en áreas de Neiva, Espinal, Honda, La Dorada, Valle del Cauca y del Atrato-San Juan. Otras mesetas son controladas por un sistema de fallas tectónicas (meseta de Bucaramanga) con extremos abruptos, resultado de la disección o profundización de las corrientes hídricas que atraviesan sus formas, del levantamiento de la cordillera y de los procesos de sedimentación. (Flórez: 2003:108)
Los altiplanos. Son representativos de la media y alta montaña. Su importancia radica en que funcionan como áreas de ocupación con alta densidad demográfica y con un alto potencial agrológico. Parte de ellos, fueron conformados por depresiones, en las cuales, se encajonaron grandes lagos que con el tiempo desaparecieron.
En sus suelos, de origen lacustre, se desarrollan variadas actividades agrícolas. El altiplano Cundiboyacense, que incluye la Sabana de Bogotá, y los altiplanos de Sibundoy y de Balsillas, en el Huila, hacen parte de depresiones de origen tectónico que fueron transformadas por redes de drenaje.
Los piedemontes. Comprenden los sectores entre el borde bajo de la cordillera o serranía y la llanura o valle. Es la parte baja de una elevación y la zona donde se ubican actualmente varias capitales y municipios. Por ejemplo, en el flanco oriental de la cordillera oriental, Villavicencio, Florencia, Yopal y Mocoa; en la cordillera Central, Ibagué, Mariquita, Armenia y Pereira. Estas poblaciones y otras ubicadas a lo largo de las cordilleras de Colombia hacen parte de áreas donde se presentan procesos que implican alta inestabilidad y riesgos naturales para la población. (Flórez: 2003:125-127) Los piedemontes son áreas donde se mantiene una relación directa entre la montaña y la llanura. Debido al transporte de sedimentos y la erosión producida por los ríos torrenciales que recorren empinadas pendientes, se conforman áreas de depósito en grandes superficies al pie de la montaña, conocidas como abanicos o conos de deyección.