intiendo extraña. Sus amigas también lo han notado. Kia se sorprendió cuando Lindsay rechazó su invitación a ir de compras el sábado pasado (siempre le ha gustado ir de compras). En realidad, no había razón para no ir, pero Lindsay simplemente no tenía ganas. En lugar de ir, pasó gran parte del sábado durmiendo.
Pero quedarse en su casa más de lo habitual no es el único cambio en Lindsay. Siempre fue muy buena estudiante, pero en los últimos meses sus notas han bajado de manera notoria y tiene problemas para concentrarse. Incluso ha desaprobado algunos exámenes y aún no ha entregado un ejercicio que debía entregar la semana pasada.
Cuando regresa a su hogar para la cena, después de entrenar, no tiene hambre. Si bien hace el esfuerzo de comer un poco con su familia, no tiene demasiado apetito (y nada pareciera tener tan buen sabor como solía tener). Después de la cena, Lindsay va a su habitación, hace algunas tareas y se acuesta. Ni siquiera tiene ánimo para hablar por teléfono con sus amigas.
Cuando su madre le pregunta qué le pasa, Lindsay siente ganas de llorar pero no sabe por qué. Todo parece estar mal, aunque no ha ocurrido nada malo en particular. Lindsay simplemente se siente triste todo el tiempo y no se puede liberar de ese sentimiento. Lindsay quizá no sea consciente de esto todavía, pero está deprimida.
La depresión es algo muy habitual y afecta a uno de cada ocho adolescentes. La depresión afecta a personas de todos los colores, razas, posición económica y edad; sin embargo, pareciera afectar a más mujeres que hombres durante la adolescencia y la edad adulta.
¿Cómo reaccionan las personas frente a alguien que está deprimido?
A veces, los amigos o familiares pueden advertir que una persona está deprimida. Pueden responder con amor, amabilidad o apoyo, con la esperanza de que la tristeza pase pronto. Pueden ofrecerse para escuchar si es que la persona desea hablar (aunque las personas deprimidas no suelen tener ganas de hablar o no encuentran las palabras para describir qué es lo que les ocurre). Si el sentimiento de depresión no desaparece al poco tiempo, los amigos o las personas queridas pueden animar a la persona a que busque la ayuda de un médico o de un profesional de la salud mental.
Pero no todas las personas perciben la depresión cuando alguien a quien conocen la está sufriendo. Y algunas personas tienen ideas equivocadas de lo que significa estar deprimido. Quienes no comprenden pueden reaccionar frente a la poca energía de la persona deprimida con críticas, regaños por su actitud de dejadez o por no intentar. Algunos creen erróneamente que la depresión no es más que una actitud que la persona puede cambiar o un estado de ánimo del que se puede salir. No es tan sencillo.
Muchas personas simplemente no se dan cuenta de que la depresión puede provocar muchos problemas o mucho dolor. Algunas veces, incluso las personas deprimidas no se toman su enfermedad con la debida seriedad. Algunas personas tienen la errada creencia de que la depresión proviene de la debilidad o que es una falla del carácter. Este mito lleva a algunos a ocultar su depresión. Como sienten vergüenza, pueden llegar a evitar buscar ayuda.
En algunas ocasiones, cuando la depresión provoca síntomas físicos, una persona puede ver a su médico y sentirse aliviada si el examen físico resulta normal. De vez en cuando, hasta un médico bien intencionado puede llegar a menospreciar o incluso subestimar la depresión de una persona y llegar a la conclusión de que nada anda mal cuando los resultados de los exámenes médicos son normales.
¿Por qué se deprimen las personas?
La depresión no tiene una única causa. Son muchos los factores que desempeñan un papel, incluidos la genética, el entorno, el estado de salud, los sucesos de la vida y determinados patrones de pensamiento que afectan las reacciones de las personas frente a los acontecimientos.
Las investigaciones han revelado que la depresión es hereditaria y sugieren que algunas personas heredan genes que los hacen más propensos a la depresión. Pero no toda persona que tiene propensión genética a la depresión se deprime. Y muchas otras que no tienen una historia familiar ligada a la depresión sí la sufren. Por lo tanto, si bien los genes son un factor, no constituyen la única causa de la depresión.
Los acontecimientos de la vida (por ejemplo, la muerte de un familiar cercano o de un amigo) pueden ir más allá del dolor normal y, a veces, llevar a la depresión.
La familia y el entorno social también desempeñan un papel. En algunos adolescentes, una atmósfera familiar negativa, estresante o infeliz puede afectar su autoestima y llevarlos a la depresión.
Condiciones sociales como la pobreza, la falta de hogar y la violencia en la comunidad pueden aumentar las posibilidades de que las personas se depriman.
En algunos adolescentes, los problemas de aprendizaje no diagnosticados pueden impedir un buen desempeño escolar, los cambios hormonales pueden afectar su estado de ánimo, o los problemas de salud pueden resultar un desafío o un revés. Con o sin los genes para la depresión, cualquiera de estos elementos puede preparar el contexto para que una persona se deprima.
El abuso de sustancias adictivas puede provocar cambios químicos en el cerebro que quizás afecten el ánimo (se sabe que el alcohol y algunas drogas tienen efectos depresivos). Las consecuencias negativas, tanto sociales como personales, del abuso de sustancias adictivas también pueden derivar en una profunda desdicha y depresión.
Algunas enfermedades pueden afectar el equilibrio hormonal y, por lo tanto, influir en el estado de ánimo. Algunas afecciones, como el hipotiroidismo, generan un estado anímico depresivo en algunas personas. Cuando estas afecciones son diagnosticadas y tratadas por un médico, la depresión suele desaparecer.
intiendo extraña. Sus amigas también lo han notado. Kia se sorprendió cuando Lindsay rechazó su invitación a ir de compras el sábado pasado (siempre le ha gustado ir de compras). En realidad, no había razón para no ir, pero Lindsay simplemente no tenía ganas. En lugar de ir, pasó gran parte del sábado durmiendo.
Pero quedarse en su casa más de lo habitual no es el único cambio en Lindsay. Siempre fue muy buena estudiante, pero en los últimos meses sus notas han bajado de manera notoria y tiene problemas para concentrarse. Incluso ha desaprobado algunos exámenes y aún no ha entregado un ejercicio que debía entregar la semana pasada.
Cuando regresa a su hogar para la cena, después de entrenar, no tiene hambre. Si bien hace el esfuerzo de comer un poco con su familia, no tiene demasiado apetito (y nada pareciera tener tan buen sabor como solía tener). Después de la cena, Lindsay va a su habitación, hace algunas tareas y se acuesta. Ni siquiera tiene ánimo para hablar por teléfono con sus amigas.
Cuando su madre le pregunta qué le pasa, Lindsay siente ganas de llorar pero no sabe por qué. Todo parece estar mal, aunque no ha ocurrido nada malo en particular. Lindsay simplemente se siente triste todo el tiempo y no se puede liberar de ese sentimiento. Lindsay quizá no sea consciente de esto todavía, pero está deprimida.
La depresión es algo muy habitual y afecta a uno de cada ocho adolescentes. La depresión afecta a personas de todos los colores, razas, posición económica y edad; sin embargo, pareciera afectar a más mujeres que hombres durante la adolescencia y la edad adulta.
¿Cómo reaccionan las personas frente a alguien que está deprimido?A veces, los amigos o familiares pueden advertir que una persona está deprimida. Pueden responder con amor, amabilidad o apoyo, con la esperanza de que la tristeza pase pronto. Pueden ofrecerse para escuchar si es que la persona desea hablar (aunque las personas deprimidas no suelen tener ganas de hablar o no encuentran las palabras para describir qué es lo que les ocurre). Si el sentimiento de depresión no desaparece al poco tiempo, los amigos o las personas queridas pueden animar a la persona a que busque la ayuda de un médico o de un profesional de la salud mental.
Pero no todas las personas perciben la depresión cuando alguien a quien conocen la está sufriendo. Y algunas personas tienen ideas equivocadas de lo que significa estar deprimido. Quienes no comprenden pueden reaccionar frente a la poca energía de la persona deprimida con críticas, regaños por su actitud de dejadez o por no intentar. Algunos creen erróneamente que la depresión no es más que una actitud que la persona puede cambiar o un estado de ánimo del que se puede salir. No es tan sencillo.
Muchas personas simplemente no se dan cuenta de que la depresión puede provocar muchos problemas o mucho dolor. Algunas veces, incluso las personas deprimidas no se toman su enfermedad con la debida seriedad. Algunas personas tienen la errada creencia de que la depresión proviene de la debilidad o que es una falla del carácter. Este mito lleva a algunos a ocultar su depresión. Como sienten vergüenza, pueden llegar a evitar buscar ayuda.
En algunas ocasiones, cuando la depresión provoca síntomas físicos, una persona puede ver a su médico y sentirse aliviada si el examen físico resulta normal. De vez en cuando, hasta un médico bien intencionado puede llegar a menospreciar o incluso subestimar la depresión de una persona y llegar a la conclusión de que nada anda mal cuando los resultados de los exámenes médicos son normales.
¿Por qué se deprimen las personas?La depresión no tiene una única causa. Son muchos los factores que desempeñan un papel, incluidos la genética, el entorno, el estado de salud, los sucesos de la vida y determinados patrones de pensamiento que afectan las reacciones de las personas frente a los acontecimientos.
Las investigaciones han revelado que la depresión es hereditaria y sugieren que algunas personas heredan genes que los hacen más propensos a la depresión. Pero no toda persona que tiene propensión genética a la depresión se deprime. Y muchas otras que no tienen una historia familiar ligada a la depresión sí la sufren. Por lo tanto, si bien los genes son un factor, no constituyen la única causa de la depresión.
Los acontecimientos de la vida (por ejemplo, la muerte de un familiar cercano o de un amigo) pueden ir más allá del dolor normal y, a veces, llevar a la depresión.
La familia y el entorno social también desempeñan un papel. En algunos adolescentes, una atmósfera familiar negativa, estresante o infeliz puede afectar su autoestima y llevarlos a la depresión.
Condiciones sociales como la pobreza, la falta de hogar y la violencia en la comunidad pueden aumentar las posibilidades de que las personas se depriman.
En algunos adolescentes, los problemas de aprendizaje no diagnosticados pueden impedir un buen desempeño escolar, los cambios hormonales pueden afectar su estado de ánimo, o los problemas de salud pueden resultar un desafío o un revés. Con o sin los genes para la depresión, cualquiera de estos elementos puede preparar el contexto para que una persona se deprima.
El abuso de sustancias adictivas puede provocar cambios químicos en el cerebro que quizás afecten el ánimo (se sabe que el alcohol y algunas drogas tienen efectos depresivos). Las consecuencias negativas, tanto sociales como personales, del abuso de sustancias adictivas también pueden derivar en una profunda desdicha y depresión.
Algunas enfermedades pueden afectar el equilibrio hormonal y, por lo tanto, influir en el estado de ánimo. Algunas afecciones, como el hipotiroidismo, generan un estado anímico depresivo en algunas personas. Cuando estas afecciones son diagnosticadas y tratadas por un médico, la depresión suele desaparecer.
que te sirva