Con anterioridad a la ocupación española, las sociedades prehispánicas crearon diversas formas originales de organización del espacio, originalidad que aparece registrada en la distribución geográfica de las gentes, los caminos, las producciones y los flujos, ya sea de personas, bienes o de flujos invisibles. Esta creación espacial fue una obra colectiva ya que concernía a todas las comunidades que ocupaban el territorio.
1 Bernard Bret, “Reflexiones sobre la creatividad espacial en América Latina” en Cahiers des Amériqu (...)
2Esta capacidad de inventar formas originales de organización del espacio no dispuso de mayor autonomía en relación con las condiciones socioeconómicas, motor de la utilización del espacio, puesto que el objeto por crear eran un cuadro de vida y un espacio de producción. Por ello la creatividad espacial refleja los intereses sociales y sus conflictos. Crear un espacio social es conceder lugares específicos para los diferentes grupos sociales, con fines de residencia, de prestigio y de actividad1.
3Pero esta creatividad espacial, que se inició como una empresa colectiva, cambió radicalmente con la Conquista, cuando una minoría externa a los pobladores originales introdujo otra lógica de creación espacial y la impuso. América se inició como una creación de Europa, que se quiso hacer simplemente como un prolongamiento, y por ello la toponimia recuerda el origen europeo de la organización del espacio. Fue España la que creó en América.
2 Ibid., p. 82.
4Por supuesto que no se trataba de una copia directa. En los nuevos territorios el criterio de la extracción de un excedente económico se impuso, y por tanto el sistema generó una zonificación económica en función de la distancia a los puertos marítimos, para lograr que las actividades económicas más intensivas fueran las más próximas a la costa2. En nuestro caso la aplicación de este criterio iba en contravia de la existencia de grandes comunidades en los altiplanos del interior, y por ello se fue creando la bipolaridad de Santafé de Bogotá y Cartagena.
3 Ibíd., p. 83.
5Con la aplicación de esta lógica, todo el sistema tenía sentido con el puerto, salida indispensable, enlace marítimo entre el espacio dominante y el espacio dominado, y el punto de referencia para distinguir el “interior” —la provincia— y el “exterior” —el extranjero—. La lógica de estas localizaciones se reafirmó con el establecimiento de las infraestructuras de circulación, creadas a manera de ejes de penetración. Por supuesto que este sistema de ordenamiento del espacio, diseñado durante la Conquista y la Colonia, ha dejado huellas hasta el presente; de una parte porque una creación espacial deja una infraestructura material pesada que no puede modificarse fácilmente, y porque hay motivos para conservarla, ya que la base económica continúa con la exportación de productos agrícolas y materias primas3.
6Otro aspecto que también contempla la dominación del espacio durante la Colonia es que esto implicaba dominar las gentes. Por eso el proceso español de invención del espacio también consistió en fijar mediante las leyes los lugares respectivos a los dominantes y a los dominados, y para ello se dividió en dos el espacio colonial, a saber: la “república de blancos”, la ciudad; y la “república de indios“, el campo. Por esto las reglas que la corona española estableció sobre el urbanismo dicen mucho de la importancia que se le otorgaba a la jerarquización del espacio como un elemento clave en el establecimiento de las relaciones de dominación colonial. Fue un esfuerzo por organizar una jerarquización del espacio en función del poder.
Con anterioridad a la ocupación española, las sociedades prehispánicas crearon diversas formas originales de organización del espacio, originalidad que aparece registrada en la distribución geográfica de las gentes, los caminos, las producciones y los flujos, ya sea de personas, bienes o de flujos invisibles. Esta creación espacial fue una obra colectiva ya que concernía a todas las comunidades que ocupaban el territorio.
1 Bernard Bret, “Reflexiones sobre la creatividad espacial en América Latina” en Cahiers des Amériqu (...)
2Esta capacidad de inventar formas originales de organización del espacio no dispuso de mayor autonomía en relación con las condiciones socioeconómicas, motor de la utilización del espacio, puesto que el objeto por crear eran un cuadro de vida y un espacio de producción. Por ello la creatividad espacial refleja los intereses sociales y sus conflictos. Crear un espacio social es conceder lugares específicos para los diferentes grupos sociales, con fines de residencia, de prestigio y de actividad1.
3Pero esta creatividad espacial, que se inició como una empresa colectiva, cambió radicalmente con la Conquista, cuando una minoría externa a los pobladores originales introdujo otra lógica de creación espacial y la impuso. América se inició como una creación de Europa, que se quiso hacer simplemente como un prolongamiento, y por ello la toponimia recuerda el origen europeo de la organización del espacio. Fue España la que creó en América.
2 Ibid., p. 82.
4Por supuesto que no se trataba de una copia directa. En los nuevos territorios el criterio de la extracción de un excedente económico se impuso, y por tanto el sistema generó una zonificación económica en función de la distancia a los puertos marítimos, para lograr que las actividades económicas más intensivas fueran las más próximas a la costa2. En nuestro caso la aplicación de este criterio iba en contravia de la existencia de grandes comunidades en los altiplanos del interior, y por ello se fue creando la bipolaridad de Santafé de Bogotá y Cartagena.
3 Ibíd., p. 83.
5Con la aplicación de esta lógica, todo el sistema tenía sentido con el puerto, salida indispensable, enlace marítimo entre el espacio dominante y el espacio dominado, y el punto de referencia para distinguir el “interior” —la provincia— y el “exterior” —el extranjero—. La lógica de estas localizaciones se reafirmó con el establecimiento de las infraestructuras de circulación, creadas a manera de ejes de penetración. Por supuesto que este sistema de ordenamiento del espacio, diseñado durante la Conquista y la Colonia, ha dejado huellas hasta el presente; de una parte porque una creación espacial deja una infraestructura material pesada que no puede modificarse fácilmente, y porque hay motivos para conservarla, ya que la base económica continúa con la exportación de productos agrícolas y materias primas3.
6Otro aspecto que también contempla la dominación del espacio durante la Colonia es que esto implicaba dominar las gentes. Por eso el proceso español de invención del espacio también consistió en fijar mediante las leyes los lugares respectivos a los dominantes y a los dominados, y para ello se dividió en dos el espacio colonial, a saber: la “república de blancos”, la ciudad; y la “república de indios“, el campo. Por esto las reglas que la corona española estableció sobre el urbanismo dicen mucho de la importancia que se le otorgaba a la jerarquización del espacio como un elemento clave en el establecimiento de las relaciones de dominación colonial. Fue un esfuerzo por organizar una jerarquización del espacio en función del poder.