Es ésta una buena pregunta para hacer que los hijos razonen un poco sobre la figura de Jesús y aprendan a amarle más. De hecho, es muy fácil dirigir la conversación y animarles a adivinar las respuestas:
- ¡Hay dos diferencias importantes entre Jesús y nosotros!
La primera es la más evidente: Jesús es el Hijo de Dios que ha asumido nuestra naturaleza humana completa, haciéndose igual a nosotros en todo menos en el pecado. Llegar a ella no es difícil.
La segunda está implícita en la primera y por eso podría decirse que no es una nueva diferencia. Sin embargo, explicitarla será muy útil para que comprendan algo más del misterio de la Encarnación.
Como no serán capaces de señalarla, después de que hayan "disparado" toda clase de disparates el padre o la madre podrá decirles:
- Jesús es una Persona divina y nosotros somos personas humanas.
La diferencia es muy grande. Jesús existía antes de venir al mundo. Nosotros comenzamos nuestra existencia en el vientre de nuestras madres (importante explicación para los tiempos que corren) y nacemos, vivimos y morimos. Jesús, en cambio, ya vivía en su casa del Cielo junto con su Padre y el Espíritu Santo: las Tres Personas de la Santísima Trinidad, que constituyen una familia unida y eterna. Pero Jesús quiso venir a la Tierra para unirse a nosotros y convertirnos en hijos de Dios. El Hijo de Dios se ha hecho hombre para que los hijos de los hombres nos hagamos hijos de Dios. Hemos sido creados para formar parte de la familia de Jesús.
La diferencia es muy grande. Jesús existía antes de venir al mundo. Nosotros comenzamos nuestra existencia en el vientre de nuestras madres (importante explicación para los tiempos que corren) y nacemos, vivimos y morimos. Jesús, en cambio, ya vivía en su casa del Cielo junto con su Padre y el Espíritu Santo: las Tres Personas de la Santísima Trinidad, que constituyen una familia unida y eterna. Pero Jesús quiso venir a la Tierra para unirse a nosotros y convertirnos en hijos de Dios. El Hijo de Dios se ha hecho hombre para que los hijos de los hombres nos hagamos hijos de Dios. Hemos sido creados para formar parte de la familia de Jesús.
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Es ésta una buena pregunta para hacer que los hijos razonen un poco sobre la figura de Jesús y aprendan a amarle más. De hecho, es muy fácil dirigir la conversación y animarles a adivinar las respuestas:
- ¡Hay dos diferencias importantes entre Jesús y nosotros!
La primera es la más evidente: Jesús es el Hijo de Dios que ha asumido nuestra naturaleza humana completa, haciéndose igual a nosotros en todo menos en el pecado. Llegar a ella no es difícil.
La segunda está implícita en la primera y por eso podría decirse que no es una nueva diferencia. Sin embargo, explicitarla será muy útil para que comprendan algo más del misterio de la Encarnación.
Como no serán capaces de señalarla, después de que hayan "disparado" toda clase de disparates el padre o la madre podrá decirles:
- Jesús es una Persona divina y nosotros somos personas humanas.
La diferencia es muy grande. Jesús existía antes de venir al mundo. Nosotros comenzamos nuestra existencia en el vientre de nuestras madres (importante explicación para los tiempos que corren) y nacemos, vivimos y morimos. Jesús, en cambio, ya vivía en su casa del Cielo junto con su Padre y el Espíritu Santo: las Tres Personas de la Santísima Trinidad, que constituyen una familia unida y eterna. Pero Jesús quiso venir a la Tierra para unirse a nosotros y convertirnos en hijos de Dios. El Hijo de Dios se ha hecho hombre para que los hijos de los hombres nos hagamos hijos de Dios. Hemos sido creados para formar parte de la familia de Jesús.
Dame coronita x fa
Respuesta:
La diferencia es muy grande. Jesús existía antes de venir al mundo. Nosotros comenzamos nuestra existencia en el vientre de nuestras madres (importante explicación para los tiempos que corren) y nacemos, vivimos y morimos. Jesús, en cambio, ya vivía en su casa del Cielo junto con su Padre y el Espíritu Santo: las Tres Personas de la Santísima Trinidad, que constituyen una familia unida y eterna. Pero Jesús quiso venir a la Tierra para unirse a nosotros y convertirnos en hijos de Dios. El Hijo de Dios se ha hecho hombre para que los hijos de los hombres nos hagamos hijos de Dios. Hemos sido creados para formar parte de la familia de Jesús.