La "V" es labiodental, es decir, se pronuncia pegando los dientes superiores con el labio inferior. En cambio la "B" es bilabial, pegando los dos labios. Desde el siglo 16, la pronunciación de la letra b y la letra v, es la misma. Anteriormente sí se pronunciaba como por ejemplo en la lengua inglesa.
No existe en español diferencia alguna en la pronunciación de las letras b y v. Las dos representan hoy el sonido bilabial sonoro /b/. La ortografía española mantuvo por tradición ambas letras, que en latín representaban sonidos distintos. En el español medieval hay abundantes muestras de confusión entre una y otra grafía, prueba de su confluencia progresiva en la representación indistinta del mismo sonido, confluencia que era ya general en el siglo xvi. La pronunciación de la v como labiodental no ha existido nunca en español, y solo se da de forma espontánea en hablantes valencianos o mallorquines y en los de algunas zonas del sur de Cataluña, cuando hablan castellano, por influencia de su lengua regional. También se da espontáneamente en algunos puntos de América por influjo de las lenguas amerindias. En el resto de los casos, es un error que cometen algunas personas por un equivocado prurito de corrección, basado en recomendaciones del pasado, pues aunque la Academia reconoció ya desde el Diccionario de Autoridades (1726-1739) que «los españoles no hacemos distinción en la pronunciación de estas dos letras», varias ediciones de la Ortografía y de la Gramática académicas de los siglos xviii, xix y principios del xx describieron, e incluso recomendaron, la pronunciación de la v como labiodental. Se creyó entonces conveniente distinguirla de la b, como ocurría en varias de las grandes lenguas europeas, entre ellas el francés y el inglés, de tan notable influjo en esas épocas; pero ya desde la Gramática de 1911 la Academia dejó de recomendar explícitamente esta distinción. En resumen, la pronunciación correcta de la letra v en español es idéntica a la de la b, por lo que no existe oralmente ninguna diferencia en nuestro idioma entre palabras como baca y vaca, bello y vello, acerbo y acervo.
La "V" es labiodental, es decir, se pronuncia pegando los dientes superiores con el labio inferior. En cambio la "B" es bilabial, pegando los dos labios. Desde el siglo 16, la pronunciación de la letra b y la letra v, es la misma. Anteriormente sí se pronunciaba como por ejemplo en la lengua inglesa.
No existe en español diferencia alguna en la pronunciación de las letras b y v. Las dos representan hoy el sonido bilabial sonoro /b/. La ortografía española mantuvo por tradición ambas letras, que en latín representaban sonidos distintos. En el español medieval hay abundantes muestras de confusión entre una y otra grafía, prueba de su confluencia progresiva en la representación indistinta del mismo sonido, confluencia que era ya general en el siglo xvi. La pronunciación de la v como labiodental no ha existido nunca en español, y solo se da de forma espontánea en hablantes valencianos o mallorquines y en los de algunas zonas del sur de Cataluña, cuando hablan castellano, por influencia de su lengua regional. También se da espontáneamente en algunos puntos de América por influjo de las lenguas amerindias. En el resto de los casos, es un error que cometen algunas personas por un equivocado prurito de corrección, basado en recomendaciones del pasado, pues aunque la Academia reconoció ya desde el Diccionario de Autoridades (1726-1739) que «los españoles no hacemos distinción en la pronunciación de estas dos letras», varias ediciones de la Ortografía y de la Gramática académicas de los siglos xviii, xix y principios del xx describieron, e incluso recomendaron, la pronunciación de la v como labiodental. Se creyó entonces conveniente distinguirla de la b, como ocurría en varias de las grandes lenguas europeas, entre ellas el francés y el inglés, de tan notable influjo en esas épocas; pero ya desde la Gramática de 1911 la Academia dejó de recomendar explícitamente esta distinción. En resumen, la pronunciación correcta de la letra v en español es idéntica a la de la b, por lo que no existe oralmente ninguna diferencia en nuestro idioma entre palabras como baca y vaca, bello y vello, acerbo y acervo.