La concentración de tensioactivos aniónicos baja considerablemente, aumentando la de los no iónicos y anfóteros. Contienen sustancias suavizantes que dan cuerpo, brillo y emoliencia. Son muy utilizados los aceites vegetales, siliconas hidrosolubles, lanolina y derivados, cetioles y lecitinas. El pH final debe ser ácido (5-5,5).
2. CHAMPÚS PARA CABELLOS NORMALES , BÁSICOS Y PARA BEBES
La concentración de tensioactivos aniónicos suele ser superior a la de los no iónicos y anfóteros. Suelen llevar alguna sustancia suavizante a baja concentración (0,5-1 %). El pH final debe ser también ácido.
3. CHAMPÚS PARA CABELLOS GRASOS O DE LIMPIEZA PROFUNDA
Es importante mantener un equilibrio entre los tensioactivos aniónicos, no iónicos y anfóteros, puesto que, un champú demasiado agresivo produce en estos cabellos un aumento de la secreción sebácea (efecto rebote). El pH final no debe ser tan ácido como los anteriores (6-6,5), para compensar la acidez producida en la lipolisis de los ácidos grasos segregados por el cuero cabelludo. Pueden contener algún emoliente siempre que sean hidrosolubilizados y a baja concentración.
4. CHAMPÚS DE TRATAMIENTO CON SUSTANCIAS ACTIVAS
Los llamados champús de tratamiento incorporan sustancias activas que van a producir una acción dermatológica específica. El excipiente del champú debe ser el idóneo para la acción dermatológica buscada, ya sea desde el punto de vista galénico, como dermocosmético. Un ejemplo que puede plasmar esta idea, se puede encontrar en los champús anticaspa de piritiona de zinc. Una mala dispersión de la piritiona junto a una base poco detergente, puede hacer que la sustancia no actúe del modo adecuado.
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Explicación:
desde queda esponjoso hasta lo que le da brillp
Respuesta:
1. CHAMPÚS PARA CABELLOS SECOS CON ACONDICIONADOR
La concentración de tensioactivos aniónicos baja considerablemente, aumentando la de los no iónicos y anfóteros. Contienen sustancias suavizantes que dan cuerpo, brillo y emoliencia. Son muy utilizados los aceites vegetales, siliconas hidrosolubles, lanolina y derivados, cetioles y lecitinas. El pH final debe ser ácido (5-5,5).
2. CHAMPÚS PARA CABELLOS NORMALES , BÁSICOS Y PARA BEBES
La concentración de tensioactivos aniónicos suele ser superior a la de los no iónicos y anfóteros. Suelen llevar alguna sustancia suavizante a baja concentración (0,5-1 %). El pH final debe ser también ácido.
3. CHAMPÚS PARA CABELLOS GRASOS O DE LIMPIEZA PROFUNDA
Es importante mantener un equilibrio entre los tensioactivos aniónicos, no iónicos y anfóteros, puesto que, un champú demasiado agresivo produce en estos cabellos un aumento de la secreción sebácea (efecto rebote). El pH final no debe ser tan ácido como los anteriores (6-6,5), para compensar la acidez producida en la lipolisis de los ácidos grasos segregados por el cuero cabelludo. Pueden contener algún emoliente siempre que sean hidrosolubilizados y a baja concentración.
4. CHAMPÚS DE TRATAMIENTO CON SUSTANCIAS ACTIVAS
Los llamados champús de tratamiento incorporan sustancias activas que van a producir una acción dermatológica específica. El excipiente del champú debe ser el idóneo para la acción dermatológica buscada, ya sea desde el punto de vista galénico, como dermocosmético. Un ejemplo que puede plasmar esta idea, se puede encontrar en los champús anticaspa de piritiona de zinc. Una mala dispersión de la piritiona junto a una base poco detergente, puede hacer que la sustancia no actúe del modo adecuado.