Santa Rosa de Lima (Lima, Virreinato del Perú, 20 de abril de 1586-Lima, 24 de agosto de 1617),[2] de nombre secular Isabel Flores de Oliva, fue una mística cristiana terciaria dominica canonizada por el papa Clemente X en 1671. Entre los santos nacidos en América (antiguamente Indias Occidentales), santa Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia católica.
Fue proclamada excelsa patrona de Lima, del Perú (en 1669), del Nuevo Mundo y las Filipinas (en 1670). Además, es patrona de institutos educativos, policiales y armados: de Venezuela, Policía Nacional de la República del Perú, Policía Nacional del Paraguay y las Fuerzas Armadas argentinas. En virtud de la enfermedad que le produjo la muerte, es santa patrona de los tuberculosos.[1]
La primera mujer americana declarada santa por la iglesia católica.
Orden religiosa: Tercera orden de Santo Domingo
Beatificación: 15 de abril de 1668 por el papa Clemente IX
Canonización: 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X
Padres: Gaspar Flores y María de Oliva y Herrera
Festividad: 30 de agosto
Atributos: Rosa y Ancla
Nombre: Isabel Flores de Oliva
"El amor es duro, pero es nuestra esencia. Eso es lo que nos eleva por encima del resto de las criaturas"
Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima nació el 20 de abril de 1586 en Lima y fue bautizada en la parroquia de San Sebastián el 25 de Mayo.
Familia
Fue la cuarta de los doce hijos de Gaspar Flores, arcabucero, nacido en España y de María de Oliva y Herrera, hilandera y costurera, natural de Huánuco.
Vocación
A los diez años ayunaba a pan y agua, colocaba maderos en su lecho y virutas y cañas en su almohada, utilizó cilicios para mortificar su frágil cuerpo.
Desde pequeña mostró su vocación por ayudar a los demás, a tal extremo que sus padres pretendieron apartarla de este santo camino para buscarle un matrimonio conveniente, nunca cedió a esas pretensiones.
En 1606 se hizo monja de la orden terciaria de los dominicos. Gozó de una gran reputación por la severa austeridad que practicó y por su dedicación a la oración.
Edificó una ermita en el huerto de su casa donde pasaba las horas orando, haciendo penitencia y trabajos manuales.
Milagros
De los muchos milagros que se le atribuyen a Santa Rosa de Lima, los más conocidos son: la protección de la ciudad de Lima del corsario holandés Joris Spitberg, lluvia de flores perfumadas frente al papa Clemente IX, curación de enfermos con la imagen del Niño Jesús o conversar con los animales.
Muerte
Murió el 24 de agosto de 1617.
Canonización
En el año 1671 fue canonizada por el papa Clemente X, convirtiéndose así en la primera santa de origen latinoamericano. Su festividad se celebra el 30 de agosto.
ORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA
Santa Rosa, "Rosa y Reina del Perú", encendida en el amor a Dios y a la fe, te apartaste del mundo y te entregaste a Cristo en medio de admirables penitencias.
Quisiste ser apóstol y llevar a todos los hombres hacia Jesús. Para ello renunciaste a tu hermosura y a tus atractivos humanos, mortificando tu cuerpo... Alcánzanos el camino de la verdadera vida para que lleguemos a gozar un día de los bienes eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. A
Respuesta:
Santa Rosa de Lima (Lima, Virreinato del Perú, 20 de abril de 1586-Lima, 24 de agosto de 1617),[2] de nombre secular Isabel Flores de Oliva, fue una mística cristiana terciaria dominica canonizada por el papa Clemente X en 1671. Entre los santos nacidos en América (antiguamente Indias Occidentales), santa Rosa de Lima fue la primera en recibir el reconocimiento canónico de la Iglesia católica.
Fue proclamada excelsa patrona de Lima, del Perú (en 1669), del Nuevo Mundo y las Filipinas (en 1670). Además, es patrona de institutos educativos, policiales y armados: de Venezuela, Policía Nacional de la República del Perú, Policía Nacional del Paraguay y las Fuerzas Armadas argentinas. En virtud de la enfermedad que le produjo la muerte, es santa patrona de los tuberculosos.[1]
La primera mujer americana declarada santa por la iglesia católica.
Orden religiosa: Tercera orden de Santo Domingo
Beatificación: 15 de abril de 1668 por el papa Clemente IX
Canonización: 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X
Padres: Gaspar Flores y María de Oliva y Herrera
Festividad: 30 de agosto
Atributos: Rosa y Ancla
Nombre: Isabel Flores de Oliva
"El amor es duro, pero es nuestra esencia. Eso es lo que nos eleva por encima del resto de las criaturas"
Santa Rosa de Lima
Santa Rosa de Lima nació el 20 de abril de 1586 en Lima y fue bautizada en la parroquia de San Sebastián el 25 de Mayo.
Familia
Fue la cuarta de los doce hijos de Gaspar Flores, arcabucero, nacido en España y de María de Oliva y Herrera, hilandera y costurera, natural de Huánuco.
Vocación
A los diez años ayunaba a pan y agua, colocaba maderos en su lecho y virutas y cañas en su almohada, utilizó cilicios para mortificar su frágil cuerpo.
Desde pequeña mostró su vocación por ayudar a los demás, a tal extremo que sus padres pretendieron apartarla de este santo camino para buscarle un matrimonio conveniente, nunca cedió a esas pretensiones.
En 1606 se hizo monja de la orden terciaria de los dominicos. Gozó de una gran reputación por la severa austeridad que practicó y por su dedicación a la oración.
Edificó una ermita en el huerto de su casa donde pasaba las horas orando, haciendo penitencia y trabajos manuales.
Milagros
De los muchos milagros que se le atribuyen a Santa Rosa de Lima, los más conocidos son: la protección de la ciudad de Lima del corsario holandés Joris Spitberg, lluvia de flores perfumadas frente al papa Clemente IX, curación de enfermos con la imagen del Niño Jesús o conversar con los animales.
Muerte
Murió el 24 de agosto de 1617.
Canonización
En el año 1671 fue canonizada por el papa Clemente X, convirtiéndose así en la primera santa de origen latinoamericano. Su festividad se celebra el 30 de agosto.
ORACIÓN A SANTA ROSA DE LIMA
Santa Rosa, "Rosa y Reina del Perú", encendida en el amor a Dios y a la fe, te apartaste del mundo y te entregaste a Cristo en medio de admirables penitencias.
Quisiste ser apóstol y llevar a todos los hombres hacia Jesús. Para ello renunciaste a tu hermosura y a tus atractivos humanos, mortificando tu cuerpo... Alcánzanos el camino de la verdadera vida para que lleguemos a gozar un día de los bienes eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. A