de cierta manera, las Constituciones de los países tienen como finalidad establecer el marco de reglas a fin de mantener y respetar esos derechos fundamentales que se encuentran reconocidos. En el caso Venezolano por ejemplo, el Art. 2 de la Constitución dispone que uno de los valores del ordenamiento jurídico y de su actuación sea la preeminencia de los derechos humanos. En consecuencia, el Estado existe para hacer respetar estos derechos y asegurar que todas las leyes cumplan esta misión; es la única organización que tiene el poder de la coacción para poder hacer cumplir el principio de la salvaguarda de nuestros derechos.
Sin embargo, muchas veces el rol del Estado no termina allí. Las crecientes demandas de la sociedad han generado una ampliación de las funciones del mismo. Ya no sólo existe el Estado como ente protector, sino que también se ha atribuido otras funciones que en la mayoría de los casos generan más problemas que los que pretenden solucionar. Esto se debe principalmente a que en su afán de garantizar nuestros derechos –ya no de solo hacerlos respetar, los Estados se extralimitan y tienden a violar otros por otro lado. Esta realidad, que se ve con más claridad en gobiernos de carácter socialista, plantea una pregunta importante: ¿Debe el Estado garantizar los derechos de sus ciudadanos? Si la respuesta es afirmativa, valdría la pena preguntarse también… ¿Cómo debe el Estado garantizar estos derechos?
de cierta manera, las Constituciones de los países tienen como finalidad establecer el marco de reglas a fin de mantener y respetar esos derechos fundamentales que se encuentran reconocidos. En el caso Venezolano por ejemplo, el Art. 2 de la Constitución dispone que uno de los valores del ordenamiento jurídico y de su actuación sea la preeminencia de los derechos humanos. En consecuencia, el Estado existe para hacer respetar estos derechos y asegurar que todas las leyes cumplan esta misión; es la única organización que tiene el poder de la coacción para poder hacer cumplir el principio de la salvaguarda de nuestros derechos.
Sin embargo, muchas veces el rol del Estado no termina allí. Las crecientes demandas de la sociedad han generado una ampliación de las funciones del mismo. Ya no sólo existe el Estado como ente protector, sino que también se ha atribuido otras funciones que en la mayoría de los casos generan más problemas que los que pretenden solucionar. Esto se debe principalmente a que en su afán de garantizar nuestros derechos –ya no de solo hacerlos respetar, los Estados se extralimitan y tienden a violar otros por otro lado. Esta realidad, que se ve con más claridad en gobiernos de carácter socialista, plantea una pregunta importante: ¿Debe el Estado garantizar los derechos de sus ciudadanos? Si la respuesta es afirmativa, valdría la pena preguntarse también… ¿Cómo debe el Estado garantizar estos derechos?
Hay ta espero te sirva ;v
Me das un corazoncito ;)