pponcecamilaPulgarcito era un niño que había nacido tan pequeño como un dedo meñique. Era el menor de los 7 hijos de un leñador y una leñadora, tan pobres que se vieron obligados a abandonar a sus hijos en el bosque. Llegado el momento, Pulgarcito, que había oído el plan de sus padres, fue dejando caer piedras blancas por el camino y así, él y sus hermanos, pudieron volver a su casa justo cuando un golpe de suerte había mejorado la economía de sus padres. Esta racha de buena suerte duró poco y los padres de Pulgarcito se vieron obligados a abandonar una vez más a sus hijos. Esta vez Pulgarcito fue arrojando migas de pan en lugar de piedras pero los pájaros se las comieron y no fue capaz de encontrar el camino, así que se vieron obligados a dar vueltas por el bosque hasta llegar a una casa que resultó ser la de un ogro, aficionado a comer niños, que vivía con su mujer y sus siete hijas. El ogro, al descubrir a los niños, quiso comérselos, pero la mujer le convenció para alojarlos y así guardarlos para cuando escasease la comida. Pulgarcito aprovechó la noche para cambiar su gorro y el de sus hermanos por las coronas de las hijas del ogro y así fueron éstas las que, mientras dormían, murieron a manos de su propio padre a la mañana siguiente. Así Pulgarcito y sus hermanos pudieron huir. Cuando el ogro advirtió lo que había sucedido persiguió a los niños calzando sus botas de siete leguas, llamadas así porque esa era la distancia que le permitían abarcar con cada zancada. El ogro buscó a los niños durante tanto rato que acabó agotado y se echó a dormir sin saber que Pulgarcito lo vigilaba. Éste le robó las botas y las usó para llegar hasta el palacio del rey y ponerse a su servicio como mensajero, lo que le hizo enriquecerse de tal modo que ni él ni su familia volvieron a pasar hambre