En los eucariotas (animales, vegetales, hongos, protistas) las células pasan a través de una secuencia regular de crecimiento y división llamada ciclo celular.
El ciclo celular se inicia en el instante en que aparece una nueva célula, descendiente de otra que se ha dividido, y termina en el momento en que dicha célula, por división subsiguiente, origina nuevas células hijas. Se divide en dos fases principales: interfase y división celular (mitosis ó meiosis y citocinesis). Para completarse, puede requerir desde pocas horas hasta varios días, dependiendo del tipo de célula y de factores externos como la temperatura o los nutrientes disponibles. Por lo general, las células recién formadas obtienen nutrientes de su ambiente, sintetizan más componentes y aumentan de tamaño. Al cabo de un tiempo, que varía dependiendo del organismo que se trate, el tipo de célula y de los nutrientes disponibles, las células se dividen.
Cada célula hija puede entrar entonces en otro ciclo celular y generar más células. O puede suceder que éstas células hijas abandonen el ciclo y no vuelvan a dividirse, o bien que permanezcan “latentes” hasta recibir una señal para hacerlo (ampliaremos más adelante).
En los eucariotas (animales, vegetales, hongos, protistas) las células pasan a través de una secuencia regular de crecimiento y división llamada ciclo celular.
El ciclo celular se inicia en el instante en que aparece una nueva célula, descendiente de otra que se ha dividido, y termina en el momento en que dicha célula, por división subsiguiente, origina nuevas células hijas. Se divide en dos fases principales: interfase y división celular (mitosis ó meiosis y citocinesis). Para completarse, puede requerir desde pocas horas hasta varios días, dependiendo del tipo de célula y de factores externos como la temperatura o los nutrientes disponibles. Por lo general, las células recién formadas obtienen nutrientes de su ambiente, sintetizan más componentes y aumentan de tamaño. Al cabo de un tiempo, que varía dependiendo del organismo que se trate, el tipo de célula y de los nutrientes disponibles, las células se dividen.
Cada célula hija puede entrar entonces en otro ciclo celular y generar más células. O puede suceder que éstas células hijas abandonen el ciclo y no vuelvan a dividirse, o bien que permanezcan “latentes” hasta recibir una señal para hacerlo (ampliaremos más adelante).
En los eucariotas (animales, vegetales, hongos, protistas) las células pasan a través de una secuencia regular de crecimiento y división llamada ciclo celular.
El ciclo celular se inicia en el instante en que aparece una nueva célula, descendiente de otra que se ha dividido, y termina en el momento en que dicha célula, por división subsiguiente, origina nuevas células hijas. Se divide en dos fases principales: interfase y división celular (mitosis ó meiosis y citocinesis). Para completarse, puede requerir desde pocas horas hasta varios días, dependiendo del tipo de célula y de factores externos como la temperatura o los nutrientes disponibles. Por lo general, las células recién formadas obtienen nutrientes de su ambiente, sintetizan más componentes y aumentan de tamaño. Al cabo de un tiempo, que varía dependiendo del organismo que se trate, el tipo de célula y de los nutrientes disponibles, las células se dividen.
Cada célula hija puede entrar entonces en otro ciclo celular y generar más células. O puede suceder que éstas células hijas abandonen el ciclo y no vuelvan a dividirse, o bien que permanezcan “latentes” hasta recibir una señal para hacerlo (ampliaremos más adelante).
En los eucariotas (animales, vegetales, hongos, protistas) las células pasan a través de una secuencia regular de crecimiento y división llamada ciclo celular.
El ciclo celular se inicia en el instante en que aparece una nueva célula, descendiente de otra que se ha dividido, y termina en el momento en que dicha célula, por división subsiguiente, origina nuevas células hijas. Se divide en dos fases principales: interfase y división celular (mitosis ó meiosis y citocinesis). Para completarse, puede requerir desde pocas horas hasta varios días, dependiendo del tipo de célula y de factores externos como la temperatura o los nutrientes disponibles. Por lo general, las células recién formadas obtienen nutrientes de su ambiente, sintetizan más componentes y aumentan de tamaño. Al cabo de un tiempo, que varía dependiendo del organismo que se trate, el tipo de célula y de los nutrientes disponibles, las células se dividen.
Cada célula hija puede entrar entonces en otro ciclo celular y generar más células. O puede suceder que éstas células hijas abandonen el ciclo y no vuelvan a dividirse, o bien que permanezcan “latentes” hasta recibir una señal para hacerlo (ampliaremos más adelante).