En sus inicios, el calendario constaba de diez meses:
Marzo
Dedicado a Marte, dios de la guerra, arma de conquista.
Abril, cuando abre la primavera.
Mayo
Consagrado a Júpiter, deidad suprema; junio en honor a Juno, hermana y esposa de Júpiter.
Julio, antes quintilis y más tarde ofrecido a la memoria del emperador Julio César.
Agosto, porque el soberano Augusto lo tributó a su nombre.
Septiembre, séptimo.
Octubre, el octavo.
Noviembre, noveno.
Diciembre, décimo.
Además fue necesario adicionarle dos meses porque la suma de días del calendario juliano no coincidía con el ciclo astronómico
El primero, enero, dedicado a Jano, el Januario o portero, dios de la doble cara que mira al año viejo y al nuevo por venir, y que abre el ciclo solar tras el solsticio de invierno el 21 de diciembre.
El último sería febrero, fin del invierno y comienzo del deshielo que hacía a la tierra apta para la siembra. En medio de estas tareas, los esclavos se infectaban de hongos en sus pies padeciendo altas fiebres.
Por esta razón, febrero debe el nombre a las fiebres, que se atribuían a un dios perverso que las causaba. La solución que implementaron consistió en acortar su duración, dejarlo de 28 días, para alejar al maligno.
Respuesta:
En sus inicios, el calendario constaba de diez meses:
Marzo
Dedicado a Marte, dios de la guerra, arma de conquista.
Abril, cuando abre la primavera.
Mayo
Consagrado a Júpiter, deidad suprema; junio en honor a Juno, hermana y esposa de Júpiter.
Julio, antes quintilis y más tarde ofrecido a la memoria del emperador Julio César.
Agosto, porque el soberano Augusto lo tributó a su nombre.
Septiembre, séptimo.
Octubre, el octavo.
Noviembre, noveno.
Diciembre, décimo.
Además fue necesario adicionarle dos meses porque la suma de días del calendario juliano no coincidía con el ciclo astronómico
El primero, enero, dedicado a Jano, el Januario o portero, dios de la doble cara que mira al año viejo y al nuevo por venir, y que abre el ciclo solar tras el solsticio de invierno el 21 de diciembre.
El último sería febrero, fin del invierno y comienzo del deshielo que hacía a la tierra apta para la siembra. En medio de estas tareas, los esclavos se infectaban de hongos en sus pies padeciendo altas fiebres.
Por esta razón, febrero debe el nombre a las fiebres, que se atribuían a un dios perverso que las causaba. La solución que implementaron consistió en acortar su duración, dejarlo de 28 días, para alejar al maligno.