Toda sociedad está conformada por individuos y estos individuos poseen rasgos característicos que les diferencian entre sí, no solo fenotípicamente, sino también actitudinalmente, lo que deriva en enfoques disímiles sobre la misma realidad.
Esta diferencia inicial, en una sociedad que no posee controles para asegurar la equidad, se convierte en el medio para que, aquellos con claras ventajas aprovechen las mejores y mayores oportunidades, y conserven privilegios, frente a los individuos menos capacitados.
Toda sociedad está conformada por individuos y estos individuos poseen rasgos característicos que les diferencian entre sí, no solo fenotípicamente, sino también actitudinalmente, lo que deriva en enfoques disímiles sobre la misma realidad.
Esta diferencia inicial, en una sociedad que no posee controles para asegurar la equidad, se convierte en el medio para que, aquellos con claras ventajas aprovechen las mejores y mayores oportunidades, y conserven privilegios, frente a los individuos menos capacitados.