El transporte es un factor crucial para impulsar el crecimiento económico, reducir la pobreza y lograr los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). Las inversiones del Banco Mundial en este sector han facilitado un comercio más eficiente y un mejor desarrollo humano a través de una mayor movilidad, todo ello con la debida atención al cambio climático. Además, la participación del Banco Mundial en el transporte ferroviario, aéreo, marítimo y urbano está creciendo a un ritmo constante en respuesta a las necesidades mundiales de desarrollo. Desde 2002, los proyectos financiados por el Banco Mundial han ayudado a construir o rehabilitar más de 260 000 kilómetros de caminos.
El análisis, realizado por petición del Ministerio de Transporte, concluyó que en muchos casos estos vehículos, cuyo peso bruto alcanza hasta unas 16 toneladas, son cargados con un sobrepeso de hasta el 5 % de esa cifra, con el fin de obtener ganancias adicionales o reducir costos operacionales.
Este exceso de carga causa impactos sociales que los propietarios de los vehículos no perciben. El más evidente es el daño ambiental, porque el aire se contamina con material particulado, como polvo y humo, nocivo para la salud; a este se suma el impacto en la red vial y los puentes, los cuales no están diseñados para resistir el tránsito frecuente.
Además, es evidente que estos camiones con exceso de carga representan un peligro porque pueden causar accidentes, así como atascos, ya que suelen movilizarse a bajas velocidades.
“Está probado que un camión con exceso de peso no puede frenar con facilidad, además, frente a retos como hacer giros o esquivar obstáculos es muy vulnerable a sufrir un volcamiento”, explica el profesor Wilson Adarme, doctor en Ingeniería Industrial de la U.N. y líder de este estudio.
El transporte es un factor crucial para impulsar el crecimiento económico, reducir la pobreza y lograr los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). Las inversiones del Banco Mundial en este sector han facilitado un comercio más eficiente y un mejor desarrollo humano a través de una mayor movilidad, todo ello con la debida atención al cambio climático. Además, la participación del Banco Mundial en el transporte ferroviario, aéreo, marítimo y urbano está creciendo a un ritmo constante en respuesta a las necesidades mundiales de desarrollo. Desde 2002, los proyectos financiados por el Banco Mundial han ayudado a construir o rehabilitar más de 260 000 kilómetros de caminos.
El análisis, realizado por petición del Ministerio de Transporte, concluyó que en muchos casos estos vehículos, cuyo peso bruto alcanza hasta unas 16 toneladas, son cargados con un sobrepeso de hasta el 5 % de esa cifra, con el fin de obtener ganancias adicionales o reducir costos operacionales.
Este exceso de carga causa impactos sociales que los propietarios de los vehículos no perciben. El más evidente es el daño ambiental, porque el aire se contamina con material particulado, como polvo y humo, nocivo para la salud; a este se suma el impacto en la red vial y los puentes, los cuales no están diseñados para resistir el tránsito frecuente.
Además, es evidente que estos camiones con exceso de carga representan un peligro porque pueden causar accidentes, así como atascos, ya que suelen movilizarse a bajas velocidades.
“Está probado que un camión con exceso de peso no puede frenar con facilidad, además, frente a retos como hacer giros o esquivar obstáculos es muy vulnerable a sufrir un volcamiento”, explica el profesor Wilson Adarme, doctor en Ingeniería Industrial de la U.N. y líder de este estudio.