Las bodas de Caná es el nombre con el que se suele identificar un relato que tiene lugar al final de la primera semana del ministerio de Jesucristo en el Evangelio de Juan 2:1-11. Este pasaje describe el primer milagro realizado por Jesús, el cual tuvo por marco una boda en Caná de Galilea a la que también asistían su madre y sus discípulos.
En un momento dado faltó vino, por lo que María dijo a los sirvientes que hicieran lo que Jesús dijera.
Este dispuso que se llenaran de agua seis tinajas de piedra destinadas a purificaciones, pero al revisar el contenido, el agua se había transformado en un vino de gran calidad.
Para Juan el evangelista, esa fue la primera de las señales realizadas por Jesús.
Según refiere el Evangelio de Juan:
"Por aquel tiempo se celebraba una boda en Caná de Galilea, cerca de Nazaret, y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara el vino, le dice su madre a Jesús: «No tienen vino». Jesús le responde: «Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga».
Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala». Ellos se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde venía (los sirvientes, que habían sacado el agua, sí lo sabían), llama al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya todos están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora».
Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus signos. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos. Después bajó a Cafarnaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días. Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén."
Juan 2:1-13
Entre las interpretaciones contemporáneas de este prodigio de Jesús destaca la de Rudolf Bultmann. En opinión del teólogo alemán, compartida por diversos estudiosos, el autor del Evangelio de Juan tomó la historia de la boda de una leyenda pagana y transferida a Jesús. En concreto, estaría basada en el poder taumatúrgico atribuido en la Antigüedad a Dioniso, al que se suponía capaz también de transformar el agua en vino. La fecha eclesiástica de celebración del milagro, el 6 de enero, dio una pista a Bultmann para sacar su conclusión:1 «El motivo de la historia, la conversión de agua en vino, es un motivo típico de la leyenda de Dioniso, en la que este prodigio es justamente el milagro de la epifanía del dios, y por eso se data en el momento de la fiesta de Dioniso, en la noche del 5 al 6 de enero. En la Iglesia antigua se entendió aún ese parentesco al fijar en el 6 de enero el día de la boda de Caná».2
Respuesta:
hola espero te sirva
Explicación:
Las bodas de Caná es el nombre con el que se suele identificar un relato que tiene lugar al final de la primera semana del ministerio de Jesucristo en el Evangelio de Juan 2:1-11. Este pasaje describe el primer milagro realizado por Jesús, el cual tuvo por marco una boda en Caná de Galilea a la que también asistían su madre y sus discípulos.
En un momento dado faltó vino, por lo que María dijo a los sirvientes que hicieran lo que Jesús dijera.
Este dispuso que se llenaran de agua seis tinajas de piedra destinadas a purificaciones, pero al revisar el contenido, el agua se había transformado en un vino de gran calidad.
Para Juan el evangelista, esa fue la primera de las señales realizadas por Jesús.
Según refiere el Evangelio de Juan:
"Por aquel tiempo se celebraba una boda en Caná de Galilea, cerca de Nazaret, y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara el vino, le dice su madre a Jesús: «No tienen vino». Jesús le responde: «Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga».
Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala». Ellos se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde venía (los sirvientes, que habían sacado el agua, sí lo sabían), llama al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya todos están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora».
Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus signos. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos. Después bajó a Cafarnaúm con su madre, sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días. Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén."
Juan 2:1-13
Entre las interpretaciones contemporáneas de este prodigio de Jesús destaca la de Rudolf Bultmann. En opinión del teólogo alemán, compartida por diversos estudiosos, el autor del Evangelio de Juan tomó la historia de la boda de una leyenda pagana y transferida a Jesús. En concreto, estaría basada en el poder taumatúrgico atribuido en la Antigüedad a Dioniso, al que se suponía capaz también de transformar el agua en vino. La fecha eclesiástica de celebración del milagro, el 6 de enero, dio una pista a Bultmann para sacar su conclusión:1 «El motivo de la historia, la conversión de agua en vino, es un motivo típico de la leyenda de Dioniso, en la que este prodigio es justamente el milagro de la epifanía del dios, y por eso se data en el momento de la fiesta de Dioniso, en la noche del 5 al 6 de enero. En la Iglesia antigua se entendió aún ese parentesco al fijar en el 6 de enero el día de la boda de Caná».2