La ciencia ofrece esa libertad. Si nos dicen que una bola de rodamiento cae 19,62 metros en 2 segundos, todos lo podemos comprobar. Si nos dicen que tras la muerte vivimos sin cuerpo, no se sabe dónde, hasta un juicio final que nadie dice cuándo puede tener lugar, no hay forma de comprobarlo.
La ciencia ofrece esa libertad. Si nos dicen que una bola de rodamiento cae 19,62 metros en 2 segundos, todos lo podemos comprobar. Si nos dicen que tras la muerte vivimos sin cuerpo, no se sabe dónde, hasta un juicio final que nadie dice cuándo puede tener lugar, no hay forma de comprobarlo.
Adiós.