Te doy a mi hija, me das tus tierras El interés entre cónyuges y deudos fue el criterio principal para el establecimiento de estas relaciones durante gran parte de la Edad Antigua. Para los sumerios, el matrimonio era ante todo un contrato entre el padre de la novia y el novio por el cual establecían una relación de colaboración. Esparta, como suele ser habitual, tenía unas reglas muy concretas para el matrimonio. La homosexualidad era plenamente aceptada, pero el matrimonio era obligatorio. Pero este no conducía a la convivencia en pareja, sino que la Gran Retra establecía que este sólo podía darse a partir de los 20 años y que el marido debía fecundar a su mujer para, acto seguido, volver a reunirse con los hombres. El objetivo primordial era crear varones fuertes. Plutarco decía a tal respecto que, así, “los hombres evitaban la saciedad y el declive de los sentimientos que entraña una vida en común”. La Iglesia impone la monogamia y prohíbe la
Respuesta:
Te doy a mi hija, me das tus tierras El interés entre cónyuges y deudos fue el criterio principal para el establecimiento de estas relaciones durante gran parte de la Edad Antigua. Para los sumerios, el matrimonio era ante todo un contrato entre el padre de la novia y el novio por el cual establecían una relación de colaboración. Esparta, como suele ser habitual, tenía unas reglas muy concretas para el matrimonio. La homosexualidad era plenamente aceptada, pero el matrimonio era obligatorio. Pero este no conducía a la convivencia en pareja, sino que la Gran Retra establecía que este sólo podía darse a partir de los 20 años y que el marido debía fecundar a su mujer para, acto seguido, volver a reunirse con los hombres. El objetivo primordial era crear varones fuertes. Plutarco decía a tal respecto que, así, “los hombres evitaban la saciedad y el declive de los sentimientos que entraña una vida en común”. La Iglesia impone la monogamia y prohíbe la