Una sociedad basada en privilegios puede ser sostenible, siempre y cuando esos privilegios no impliquen el desabastecimiento material nocivo para con otros sectores de la población. En efecto, son las grandes asimetrías socio-económicas contemporáneas las que, hoy en día, posibilitan las revoluciones y los desordenes ante cualquier sistema político vigente.
Una sociedad basada en privilegios puede ser sostenible, siempre y cuando esos privilegios no impliquen el desabastecimiento material nocivo para con otros sectores de la población. En efecto, son las grandes asimetrías socio-económicas contemporáneas las que, hoy en día, posibilitan las revoluciones y los desordenes ante cualquier sistema político vigente.