si, Porque la navidad es la fiesta de el nacimiento de Jesus y lo que de verdad importa es como lo vamos a recibir.
nos exige el convertirnos, y el convertirnos implica CAMBIAR DE VIDA, primero de lo cual tendríamos que «vernos» tales cuales somos vernos en un «espejo real», que nos muestre nuestro rostro real. Para «vernos» como somos, hay que MIRAR A DIOS, a lo cual nos invita el profeta Isaías: "Digan a los cobardes de corazón: ¡Sean fuertes, no teman! Miren a nuestro Dios que va a venir a salvarnos" (Is 35, 4). Es INVITACIÓN, cada vez más apremiante a medida que se acerca la Navidad, para PREPARAR NUESTRO CORAZÓN a recibir al MESÍAS. Si de veras lo recibimos, el fruto será el PERDÓN, la PAZ, y seguramente una MANO MISERICORDIOSA tendida sobre las heridas que tanto nos aquejan.
si, Porque la navidad es la fiesta de el nacimiento de Jesus y lo que de verdad importa es como lo vamos a recibir.
nos exige el convertirnos, y el convertirnos implica CAMBIAR DE VIDA, primero de lo cual tendríamos que «vernos» tales cuales somos vernos en un «espejo real», que nos muestre nuestro rostro real. Para «vernos» como somos, hay que MIRAR A DIOS, a lo cual nos invita el profeta Isaías: "Digan a los cobardes de corazón: ¡Sean fuertes, no teman! Miren a nuestro Dios que va a venir a salvarnos" (Is 35, 4). Es INVITACIÓN, cada vez más apremiante a medida que se acerca la Navidad, para PREPARAR NUESTRO CORAZÓN a recibir al MESÍAS. Si de veras lo recibimos, el fruto será el PERDÓN, la PAZ, y seguramente una MANO MISERICORDIOSA tendida sobre las heridas que tanto nos aquejan.