La Teoría de la decisión racional es una teoría económica que trata de predecir el comportamiento humano y que sostiene que somos seres racionales y por tanto "cuando tomamos decisiones, éstas son racionales porque las basamos en el interés propio", explica Irene Lozano. El homo economicus es "una persona egoísta, orientada a un objetivo concreto que siempre maximiza su propio beneficio y que, cuando expresa una preferencia, nunca cambia".
Esta visión del ser humano, imperante durante todo el siglo XX e incluso en la actualidad, no sólo ha influido a la Economía sino que se ha extendido a otras ciencias sociales: "se han hecho modelos de comportamiento electoral basándose en que nuestra decisión a la hora de votar es racional". Pero "si uno se para a pensar las limitaciones de esta teoría, todo lo que deja fuera es aquello de lo que se ocupa la Filosofía". El hombre que plantea la teoría es un ser humano "muy limitado, empobrecido". Y que, además, no existe en la realidad; ya que las emociones juegan un papel muy importante en nuestras elecciones.
Según el catedrático de Lógica y Filosofía de la UNED Francisco Álvarez, no debemos tomarnos al pie de la letra la racionalidad de la que habla el modelo, ya que este tipo de teorías "no pretenden tanto describir la realidad sino ver si hacen alguna predicción". Frente a la teoría de la decisión racional, "hoy en día hay teorías que describen mejor lo que ocurre y además predicen mejor". "El haberse centrado en una dimensión unica no responde ni siquiera para las actividades económicas básicas", explica el catedrático.
La Teoría de la decisión racional es una teoría económica que trata de predecir el comportamiento humano y que sostiene que somos seres racionales y por tanto "cuando tomamos decisiones, éstas son racionales porque las basamos en el interés propio", explica Irene Lozano. El homo economicus es "una persona egoísta, orientada a un objetivo concreto que siempre maximiza su propio beneficio y que, cuando expresa una preferencia, nunca cambia".
Esta visión del ser humano, imperante durante todo el siglo XX e incluso en la actualidad, no sólo ha influido a la Economía sino que se ha extendido a otras ciencias sociales: "se han hecho modelos de comportamiento electoral basándose en que nuestra decisión a la hora de votar es racional". Pero "si uno se para a pensar las limitaciones de esta teoría, todo lo que deja fuera es aquello de lo que se ocupa la Filosofía". El hombre que plantea la teoría es un ser humano "muy limitado, empobrecido". Y que, además, no existe en la realidad; ya que las emociones juegan un papel muy importante en nuestras elecciones.
Según el catedrático de Lógica y Filosofía de la UNED Francisco Álvarez, no debemos tomarnos al pie de la letra la racionalidad de la que habla el modelo, ya que este tipo de teorías "no pretenden tanto describir la realidad sino ver si hacen alguna predicción". Frente a la teoría de la decisión racional, "hoy en día hay teorías que describen mejor lo que ocurre y además predicen mejor". "El haberse centrado en una dimensión unica no responde ni siquiera para las actividades económicas básicas", explica el catedrático.