Respuesta:
A partir de entonces, la atención hacia la tradición oral se
reforzó palmariamente, dejando tras de sí, como ensayos aproximativos y
asistemáticos, los trabajos de Adolfo Vienrich y de los folkloristas de los
cuarenta primeros años del siglo.
Sin embargo, la tarea de éstos no ha sido, en modo alguno, menor.
Antes bien, se impuso como una suerte de consigna indigenista, permeada
en ocasiones de cierto heroísmo. Jorge A. Lira, Efraín Morote Best,
Arturo Jiménez Borja y el propio Arguedas indagaron, entre otros, en las
abruptas serranías, con utensilios elementales solicitando informantes,
documentando dificultosamente algunos textos. Inclusive un eminente
historiador como Jorge Basadre publicó en París, en 1.938, un volumen
titulado Literatura inca que recogía canciones, narraciones y obras
teatrales que indudablemente motivaron a nuevas generaciones de
estudiosos a atender esa urdimbre cultural.
Hoy en día, historiadores, antropólogos, sociólogos, lingüistas
y filólogos registran, con un instrumental más sofisticado, textos de la
tradición oral andina. No obstante, aún está por realizarse un estudio
sistemático de dicha tradición, si bien ya existen indicios aproximativos
en los trabajos de Enrique Bailón Aguirre, Hermis Campodónico, Hugo
Neira, Ricardo Valderrama y Carmen Escalante, Rosaliml Gow y Bernabé
Condori. En algunos de estos trabajos se entrecruzan la visión científica
y el testimonio in situ, la codificación y el desmontaje analítico que ya
anuncian —a la par que los estudios de textos en otras lenguas difundidas
en el territorio peruano— la formulación de una filología andina.
3.
Por lo general, existe una mayor documentación de canciones
y poemas que de relatos. Es probable que la razón estribe en que la
recopilación de relatos exija una dedicación más acuciosa (y más
detenida) por parte del investigador. Dado que los textos poéticos se insertan, en su gran mayoría, en rituales mágico-religiosos y acompañados
por la música, el registro ocasional se facilita gracias a la grabadora
magnetofónica, decodificado posteriormente en el laboratorio. Pero,
todo indica que en la actualidad existe una ferviente avidez por el trabajo
Explicación:
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Respuesta:
A partir de entonces, la atención hacia la tradición oral se
reforzó palmariamente, dejando tras de sí, como ensayos aproximativos y
asistemáticos, los trabajos de Adolfo Vienrich y de los folkloristas de los
cuarenta primeros años del siglo.
Sin embargo, la tarea de éstos no ha sido, en modo alguno, menor.
Antes bien, se impuso como una suerte de consigna indigenista, permeada
en ocasiones de cierto heroísmo. Jorge A. Lira, Efraín Morote Best,
Arturo Jiménez Borja y el propio Arguedas indagaron, entre otros, en las
abruptas serranías, con utensilios elementales solicitando informantes,
documentando dificultosamente algunos textos. Inclusive un eminente
historiador como Jorge Basadre publicó en París, en 1.938, un volumen
titulado Literatura inca que recogía canciones, narraciones y obras
teatrales que indudablemente motivaron a nuevas generaciones de
estudiosos a atender esa urdimbre cultural.
Hoy en día, historiadores, antropólogos, sociólogos, lingüistas
y filólogos registran, con un instrumental más sofisticado, textos de la
tradición oral andina. No obstante, aún está por realizarse un estudio
sistemático de dicha tradición, si bien ya existen indicios aproximativos
en los trabajos de Enrique Bailón Aguirre, Hermis Campodónico, Hugo
Neira, Ricardo Valderrama y Carmen Escalante, Rosaliml Gow y Bernabé
Condori. En algunos de estos trabajos se entrecruzan la visión científica
y el testimonio in situ, la codificación y el desmontaje analítico que ya
anuncian —a la par que los estudios de textos en otras lenguas difundidas
en el territorio peruano— la formulación de una filología andina.
3.
Por lo general, existe una mayor documentación de canciones
y poemas que de relatos. Es probable que la razón estribe en que la
recopilación de relatos exija una dedicación más acuciosa (y más
detenida) por parte del investigador. Dado que los textos poéticos se insertan, en su gran mayoría, en rituales mágico-religiosos y acompañados
por la música, el registro ocasional se facilita gracias a la grabadora
magnetofónica, decodificado posteriormente en el laboratorio. Pero,
todo indica que en la actualidad existe una ferviente avidez por el trabajo
Explicación: