Ignorando la especificidad cultural de su origen y la vaguedad de sus de un determinado pueblo, y no –de nuevo- por el posible valor –qué decir los pueblos indígenas –que forman y determinan dicho léxico
Este artículo se propone recoger de modo sintético los fundamentos éticos y racionales de los pueblos indígenas de América en su relación con la naturaleza-mundo. Parte de una crítica de la razón occidental antropocéntrica, incluyendo los avatares neo-liberal y neo-colonial del complejo socio-ideológico modernidad-colonialismo-capitalismo. En la ética de los pueblos indígenas, sean agrarios o forrajeros, la naturaleza tiene una función axiológica en la cultura, favoreciendo cotidianamente la sobrevivencia y desarrollo de los grupos humanos y de “todos sus parientes”. Sumak kawsay (o Buen Vivir) de los quechua/kichwa y Kametsa asaike (o el saber que permite una buena vida en armonía) de los asháninka serían dos fundamentos éticos de la vida colectiva indígena. Estos corresponden directamente con la territorialidad que posibilita la resistencia indígena frente a los genocidios, las invasiones euroamericanas y el coloniaje mental de las burguesías criollas.
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Ignorando la especificidad cultural de su origen y la vaguedad de sus de un determinado pueblo, y no –de nuevo- por el posible valor –qué decir los pueblos indígenas –que forman y determinan dicho léxico
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Este artículo se propone recoger de modo sintético los fundamentos éticos y racionales de los pueblos indígenas de América en su relación con la naturaleza-mundo. Parte de una crítica de la razón occidental antropocéntrica, incluyendo los avatares neo-liberal y neo-colonial del complejo socio-ideológico modernidad-colonialismo-capitalismo. En la ética de los pueblos indígenas, sean agrarios o forrajeros, la naturaleza tiene una función axiológica en la cultura, favoreciendo cotidianamente la sobrevivencia y desarrollo de los grupos humanos y de “todos sus parientes”. Sumak kawsay (o Buen Vivir) de los quechua/kichwa y Kametsa asaike (o el saber que permite una buena vida en armonía) de los asháninka serían dos fundamentos éticos de la vida colectiva indígena. Estos corresponden directamente con la territorialidad que posibilita la resistencia indígena frente a los genocidios, las invasiones euroamericanas y el coloniaje mental de las burguesías criollas.
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