Conde & Viciana (1997) distinguen entre Desplazamientos Naturales, donde incluyen la marcha y la carrera, y Desplazamientos Construidos, donde estarían los movimientos analíticos, donde se apoyen partes diferentes del cuerpo, con ayuda de compañeros, etc.
Poer su parte Batalla (2000) clasifica los desplazamientos en dos grupos: las formas habituales (marcha y carrera) de desplazamiento y las de menor utilización.
Otra forma de clasificación es la presentada por Ortega (2009) que hace referencia a unos desplazamientos especializados en resolución de problemas específicos, denominación bajo la que incluye la escalada y la trepa; y los desplazamientos ineficaces, que recoge el gateo o el andar de rodillas.
A nuestro entender la clasificación precedente carece de sentido, al menos en su primera subdivisión, al hablar de “desplazamientos especializados” que, en cualquier caso, siempre estarían fuera de las “Habilidades Básicas” e introducir como ejemplo de las mismas una especialidad deportiva.
Villada y Vizuete (2002) establecen dos tipos generales de desplazamientos: los desplazamientos activos y los desplazamientos pasivos.
Desplazamientos activos: la responsabilidad de los mismos recae exclusivamente en el actor de los mismos. La dirección, la velocidad, los cambios, el momento de la parada y la toma de decisiones sobre ellos depende exclusivamente del sujeto. En estos se pueden distinguir a su vez:
Desplazamientos eficaces: marcha y carrera.
Desplazamientos de escasa progresión o menos eficaces: cuadrupedias y reptaciones.
Desplazamientos en el medio acuático.
Desplazamientos de transportado.
Desplazamientos pasivos: en ellos el sujeto que se desplaza no es el máximo responsable de sus cambios de posición en el espacio ni de ninguno de los elementos que conforman el desplazamiento. Dentro de ellos se distinguen:
Deslizamientos.
Arrastres.
Díaz (1999), bajo el título de “Posibilidades educativas con actividades de desplazamiento”, presenta diferentes formas de clasificar las actividades de desplazamiento. Entre las que incluye la diferenciación según: la energía utilizada (propia o externa); el medio donde se realiza el desplazamiento (tierra, agua, aire, nieve, etc.); la finalidad, la velocidad; etc.
Conde & Viciana (1997) distinguen entre Desplazamientos Naturales, donde incluyen la marcha y la carrera, y Desplazamientos Construidos, donde estarían los movimientos analíticos, donde se apoyen partes diferentes del cuerpo, con ayuda de compañeros, etc.
Poer su parte Batalla (2000) clasifica los desplazamientos en dos grupos: las formas habituales (marcha y carrera) de desplazamiento y las de menor utilización.
Otra forma de clasificación es la presentada por Ortega (2009) que hace referencia a unos desplazamientos especializados en resolución de problemas específicos, denominación bajo la que incluye la escalada y la trepa; y los desplazamientos ineficaces, que recoge el gateo o el andar de rodillas.
A nuestro entender la clasificación precedente carece de sentido, al menos en su primera subdivisión, al hablar de “desplazamientos especializados” que, en cualquier caso, siempre estarían fuera de las “Habilidades Básicas” e introducir como ejemplo de las mismas una especialidad deportiva.
Villada y Vizuete (2002) establecen dos tipos generales de desplazamientos: los desplazamientos activos y los desplazamientos pasivos.
Desplazamientos activos: la responsabilidad de los mismos recae exclusivamente en el actor de los mismos. La dirección, la velocidad, los cambios, el momento de la parada y la toma de decisiones sobre ellos depende exclusivamente del sujeto. En estos se pueden distinguir a su vez:
Desplazamientos eficaces: marcha y carrera.
Desplazamientos de escasa progresión o menos eficaces: cuadrupedias y reptaciones.
Desplazamientos en el medio acuático.
Desplazamientos de transportado.
Desplazamientos pasivos: en ellos el sujeto que se desplaza no es el máximo responsable de sus cambios de posición en el espacio ni de ninguno de los elementos que conforman el desplazamiento. Dentro de ellos se distinguen:
Deslizamientos.
Arrastres.
Díaz (1999), bajo el título de “Posibilidades educativas con actividades de desplazamiento”, presenta diferentes formas de clasificar las actividades de desplazamiento. Entre las que incluye la diferenciación según: la energía utilizada (propia o externa); el medio donde se realiza el desplazamiento (tierra, agua, aire, nieve, etc.); la finalidad, la velocidad; etc.